Los núcleos de tormenta que ayer se formaron en el interior de Castilla-La Mancha acabaron impactando con gran violencia en las comarcas valencianas del Vinalopó, el Comtat la Marina Alta, la Ribera Alta y Requena-Utiel, donde arrojaron miles de toneladas de granizo y provocaron severos daños a los cultivos.

La Asociación Valenciana de Agricultores y la Unió de Llauradors y Ramaders coincidían a última hora de ayer en la existencia de "daños de importancia" en los cítricos de la Ribera Alta-especialmente en las localidades de Tous y Alzira- y en el viñedo de Requena-Utiel, además de otros cultivos afectados en la Marina Alta, el Alto Vinalopó y El Comtat.

Agricultores de Villargordo del Cabriel, Caudete de las Fuentes y Venta del Moro pueden haber perdido hasta el 70% de la cosecha de uva.

En unas pocas horas, desde el mediodía cuando se iniciaron las tormentas, hasta las 19 horas, se registraron 3.065 descargas eléctricas, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología. Los vecinos de algunas localidades como Caudete de las Fuentes sufrieron hasta dos tormentas mientras en Villalonga se medían 29 litros en apenas 45 minutos.

En la Marina la tormenta duró apenas media hora, pero dejó unos 23 l/m2. En la zona turística de l'Arenal de Xàbia, la avenida de la Fontana quedó anegada con dos palmos de agua. Los comerciantes y vecinos estaban indignados. Las rejillas de los pluviales quedaron taponadas por las hojas de los árboles. Los propios vecinos tuvieron que cortar la calle al tráfico. El agua entró en numerosas plantas bajas. Mientras, granizaba también con fuerza. El peso del pedrisco rajó algunos toldos.

En Dénia, el campo de fútbol quedó cubierto por un manto blanco. Las aceras, por el hielo, se volvieron muy resbaladizas.

En Gata de Gorgos, la policía local tuvo que cortar el Pont Vell, que es el principal acceso al colegio. El granizo se había acumulado y hacía que los peatones y coches patinaran. Luego una pala retiró la capa de diez centímetros de hielo que formó el pedrisco. En la playa de l'Arenal, mientras los comerciantes sacaban agua de sus negocios, los turistas tomaban fotografías de la playa, que parecía nevada. El granizo dejó imágenes insólita.