Por si alguien tenía dudas sobre las intenciones del exconseller Rafael Blasco, ayer por la tarde acudió a la comisión de Medio Ambiente, de la que es portavoz de Territorio del PP, como un diputado más. No había votaciones, por lo que podía no haber ido; ni siquiera necesitaba buscar un sustituto. El gesto fue interpretado como su firme voluntad de mantener el pulso hasta el final, de forma que apurará hasta el último momento antes de tirar la toalla y marcharse voluntariamente al grupo de no adscritos. El presidente Alberto Fabra mantiene su decisión de expulsarlo aunque es una situación que trata de evitar consciente del conflicto interno y desearía que sea el exsíndic el que se vaya. De momento, pese a la acusación de la Abogacía de la Generalitat, que le pide 11 años de cárcel, Blasco se sentará hoy en el pleno en su escaño del PP de las Corts, como confirmó ayer el portavoz, Jorge Bellver, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Síndic. Y lo hará, señaló Bellver, hasta que la jueza decida si abre juicio.

Algo que da por hecho hasta el propio Bellver, quien cuando se le preguntó si Blasco saldrá del grupo, contestó: "Cuando se pronuncie la jueza, sí, efectivamente". La sensación es que los populares están en manos del exconseller, respaldando a un Gobierno que le pide cárcel. Una escena inédita en el parlamentarismo. Mientras la oposición exigió la expulsión inmediata asegurando que Fabra condicionó el futuro de Blasco al informe de la Abogacía, Bellver insistió en que "quien marca los tiempos y líneas sobre la ejemplaridad siempre ha sido el presidente y no la oposición", los "políticos togados", y en este caso el titular del Consell supeditó la decisión a "lo que dijera la Abogacía y la jueza", una vez examine las calificaciones.

La oposición exige el cese ya

El desenlace "se va a producir en un plazo de tiempo muy corto", apuntó. Sobre la diferente vara de medir con otros encausados, Bellver recalcó que las decisiones se toman también "atendiendo a la singularidad de cada caso". Entre tanto, ayer el PP incluso forzó el reglamento para vetar que EU lleve al pleno de la próxima semana su propuesta ya tramitada de reprobación del exconseller. Una censura que evidencia que los populares no saben si para entonces estará resuelto el asunto y así evitar el tener que pronunciarse. El argumento es que ese debate "tendrá más sentido sustanciarlo cuando se conozca la decisión de la juez", dijo Bellver. Sin derecho a decidir qué propuesta suya quiere que se debata en el pleno, EU la cambió por otra que reclama un referéndum entre Monarquía y República.

Para Marga Sanz, de EU, "no puede ponerse el sol sin que Blasco sea expulsado" del grupo popular, mientras la socialista Ana Barceló llamó la atención sobre que el de Blasco es "es un árbol más dentro del bosque de casos de corrupción en el PP". Mònica Oltra, de Compromís, dijo que el exsíndic tiene a Fabra "cogido por los autos judiciales".