La nueva secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales de Presidencia, Esther Pastor Tomás, tendrá competencias de «asesoramiento y coordinación» de los actos, no solo del presidente Alberto Fabra, sino también de los consellers e incluso del resto de altos cargos del Ejecutivo. Una atribución sobre los miembros del Consell de mucho mayor contenido político de la que ostentaba hasta ahora como directora general de Organización, limitada a la coordinación de la asistencia de los consellers a los eventos del presidente. Lo revela el decreto del Gobierno valenciano, hecho público ayer, que actualiza la estructura de Presidencia a la remodelación acometida por Fabra el viernes. Ésta supuso, amén de la eliminación de los delegados provinciales del Consell, el ascenso de Pastor como nueva «jefa» de Presidencia, una decisión interpretada en el PP como un intento del titular de la Generalitat de asumir un control más directo sobre la labor del Ejecutivo en detrimento de su hombre fuerte en el Consell, el vicepresidente José Císcar.

A falta de la letra pequeña, que no se conocerá hasta la aprobación del nuevo reglamento de funcionamiento de Presidencia, prevista para el próximo viernes, el decreto que plasma la estructura en torno al núcleo del Palau de la Generalitat da pistas. Hasta ahora, según el decreto vigente del 14 de diciembre pasado, Pastor, como directora general de Organización, tenía funciones en materia de «organización, protocolo, desarrollo de los actos el presidente y la coordinación de las conselleries que participen en los mismos», así como funciones «en materia de coordinación de la agenda interdepartamental». Como secretaria autonómica, en cambio, tendrá «funciones de asesoramiento y coordinación de la agenda institucional del presidente y los integrantes del Consell», así como «la agenda de los altos cargos». De este modo, se le otorgan galones para ejercer una influencia mucho mayor sobre la coordinación del Consell, una competencia de Císcar.

Junto al ascenso de Pastor, en el nuevo diseño se constata la pérdida de competencias de Ciscar. El círculo de confianza del presidente queda integrado por el director del gabinete, Jesús Lecha, con rango de secretario autonómico, y con el mismo estatus, Pastor y la secretaria autonómica de Comunicación, Paula Messeguer. Lecha, quien hasta ahora tenía a su cargo la direccion general de Análisis, que ostenta Rubén Cortés, y la dirección de Organización que ocupaba Pastor, pierde ésta última, pero pasa a controlar la dirección general de Relaciones con la Unión Europea, que dirige Victoria Palau. Ésta dependía hasta el viernes de Ciscar.

El vicepresidente también pierde poder sobre la publicidad institucional. La dirección general de Promoción Institucional, vacante tras el cese de Dora Ibars, se ha suprimido pero las funciones pasan al director de Relaciones Informativas, José Santamans, que ahora lo será también de Promoción Institucional. Santamans depende de Messeguer. Así, las relaciones con los medios y la publicidad pasan a la supervisión del círculo de colaboradores directos del presidente. Además, de Pastor dependerá la nueva dirección general de Coordinación Institucional.