El presidente del PP en la provincia de Valencia, Alfonso Rus, avanzó ayer su decisión de no acudir a la reunión del grupo popular si en esta cita se somete a votación la expulsión del exconseller Rafael Blasco: « Yo no iré si hay que votar», manifestó ayer en declaraciones a la Cadena Ser antes de conocer la convocatoria de la reunión. La postura de Rus, que no fue rectificada posteriormente cuando se conoció oficialmente la convocatoria, supone un desafío en tota regla al presidente del PP y de la Generalitat, Alberto Fabra, que quiere que el exsíndic popular no se siente ya en la bancada popular en el pleno del próximo miércoles. Legalmente necesita el voto de como mínimo 28 diputados, pero políticamente Fabra no puede permitirse fugas significativas si quiere evitar mostrar una imagen de debilidad. De momento, Rus, máximo responsable del PP en la provincia de Valencia, optará por plantar a la dirección del grupo para no tener que votar en contra del exconseller, a quien sigue apoyando.

El también presidente de la diputación ya había mostrado su disconformidad con la decisión de Fabra de echar a Blasco del grupo tras el informe de la Abogacía de la Generalitat sobre el caso Cooperación. Tampoco comparte su expulsión del partido a raíz de su participación en el programa de televisión, pero ayer fue más lejos al dejar claro que no participaría en el proceso de expulsión del grupo, si finalmente, como ha ocurrido, se celebraba. Fuentes del entorno de Rus precisaron que se trata de una decisión personal en coherencia con lo que ha venido defendiendo en los últimos tiempos respecto de los imputados y que actuaría de la misma manera aunque no se tratara de Blasco. Rus es partidario de no apartara a ningún cargo imputado hasta que no se dicte sentencia. Fuentes del grupo parlamentario avisaron ayer de que la no asistencia a la reunión podría conllevar sanciones.

Con todo, es probable que la de Rus no será la única ausencia. Fuentes del partido daban por hecho que no asistirá al encuentro el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, envuelto ahora en el caso Nóos. Las dudas también sobrevolaban ayer sobre la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá o sobre la de Alicante, Sonia Castedo, así como en otros diputados con causas pendientes como Milagrosa Martínez o Luis Díaz Alperi muy distanciados del presidente Fabra. Las ausencias de Alicante podrían, con todo, justificarse por el entierro de la madre de la exconselleria Trinidad Miró.

Fuentes de la dirección regional del PPCV manejaban ayer una cifra de cuatro o cinco ausencias, ya que, apuntan, una cosa es la crítica fuera de focos y otra retratarse claramente en contra de una directriz del partido como, al parecer, lo hará el barón provincial. Así, su hombre de confianza en las Corts, el diputado y miembro del consejo de dirección, Vicente Betoret, confirmó ayer su asistencia, según las fuentes consultadas.

Aunque la decisión de Fabra de echar ya a Blasco ha generado controversia en el grupo, la cúpula popular quiere que el caso de Blasco sirva de lección a los posibles díscolos. Fuentes de la dirección regional admitían que Blasco, con sus declaraciones, había llegado a un punto de no retorno, pero, subrayaban, que los otros imputados no están en la misma situación que el exconseller. El mensaje que se quiere trasladar es claro: todo puede pactarse siempre y cuando no se crucen determinadas líneas rojas.

En sus declaraciones a la Ser, Rus, señaló que se enteró «por la prensa» de la suspensión de militancia de Blasco. Rus, que se encontraba fuera de la Comunitat por trabajo, añadió en su momento dará su opinión sobre la sanción. Y matizó que cuando se está dentro de un partido político y se toma una decisión «por algo será». «Yo podré discrepar o no pero lo que tengo es que hacer caso», manifestó.