Construcciones Taroncher y Asociados S. L. es una pequeña empresa familiar, igual que su madre, Construcciones Pérez Taroncher, y su hermana, Jopeta Gestión de Patrimonios. Pero las tres tienen gran vocación de servicio público. Entre 2000 y 2008 realizaron al menos 200 obras menores para la Generalitat, a la que facturaron más de 7 millones de euros, empezando por la Conselleria de Sanidad y a partir de que Serafín Castellano fue titular de ese departamento. El 92% del negocio de la firma de La Pobla de Vallbona se generó con dinero público y la práctica totalidad de los encargos le fueron adjudicados a dedo. Los contratos de Castellano con Taroncher han motivado la interposición de una querella por prevaricación, malversación de caudales o negociación prohibida por parte de la llamada Asociación contra la Corrupción en la Comunidad Valenciana, que preside el empresario Enrique Soriano.

Pero José Miguel Pérez Taroncher también ha trabajado para el sector privado. Una de sus clientes es Asunción Quinzá, mano derecha de Castellano y actual secretaria autonómica de Gobernación. Taroncher hizo una reforma en la casa de Quinzá en 2004. Los trabajos costaron unos 26.000 euros, entre materiales y mano de obra, según ha podido saber este periódico. En ese año, el amigo de jugar a pilota e ir de cacerías con Castellano facturó más de 376.000 euros a la Generalitat. Hacía cuatro años que el hoy secretario general del PP había abierto las puertas de la Generalitat de par en par al constructor. Desde Sanidad, a la que llegó en 2000, o como titular de Gobernación, Castellano otorgó 1,7 millones a las empresas de su amigo.

¿26.000 euros? «No recuerdo»

Asunción Quinzá negó a este periódico que Taroncher le regalara las obras. «Garantizo que yo pagué. Está pagado y bien pagado», declaró quien, no obstante, dijo no acordarse del precio. En varias ocasiones reiteró que fue su marido quien se encargó de todo. «No recuerdo el importe, pero no creo que fuera tan grande», comentó al escuchar la cifra de 25.000 euros. Quinzá subrayó que la obra consistió en «cambiar una bañera por una ducha en el baño de mi marido».

En concreto, este periódico habló dos veces por teléfono con Quinzá. En la primera ocasión explicó que conocía «mucho a Marian [María Ángeles González, esposa de Taroncher] porque fue mi secretaria en el grupo parlamentario» y que «efectivamente» fue el citado constructor quien remodeló su vivienda. Pero al momento, tras matizarle que la reforma fue de más calado que un simple cambio de bañera por ducha, apuntó: «No sé si al final contrató o no con José Miguel», nombre de pila de Taroncher. «Pero yo soy de guardarme todas las facturas y papeles, cuando llegue a casa esta noche lo buscaré», prometió.

En la segunda de las conversaciones, un par de horas después, explicó que no había llegado a casa aun, pero que había hablado con su marido. Pero ni siquiera tras esa conversación recordaba el precio: «No me acuerdo». La número dos de Gobernación dijo que buscaría los justificantes de pago, pero «hace nueve años y no sé si los conservaré». «Soy mucho de guardar papeles pero una hace limpieza», comentó Asunción Quinzá. Se comprometió a llamar si encontraba las facturas, pero al cierre de esta edición no se había puesto en contacto con este periódico.

En el momento de la reforma de su casa, Quinzá era diputada autonómica y tenía como jefe a Castellano, síndic popular en las Corts. La expresidenta del PP de l’Eliana ocupó escaño de 2002 a 2011. En los comicios de 1999 iba en el puesto 28 en la candidatura del PP por Valencia. Los populares lograron 21 escaños pero la lista corrió y en febrero de 2002 Quinzá tomó posesión del acta. En 2011 se incorporó a la Conselleria de Gobernación como secretaria autonómica y número dos de Castellano. De la mano del exalcalde de Benissanó fue también diputada provincial y actualmente pertenece a la dirección regional de los populares como responsable de Formación, adscrita a la vicesecretaria de organización, Marisol Linares. Entre sus compañeras de las Corts estaba María Ángeles González, la secretaria administrativa del grupo popular. La colocó allí Castellano en 1996. Es la esposa de Taroncher y administradora de la empresa de construcción, constituida el 14 de agosto de 1996, meses después de que González llegó a las Corts. El matrimonio tomaba posiciones para hacer negocios.

Mucho más que amigos: socios

La relación política, personal y empresarial es tan estrecha entre el conseller y Taroncher que la esposa del constructor comparte con Castellano y su mujer, Nuria Fundamento Rioja, la propiedad de una finca de naranjos de 27.000 metros cuadrados en Llíria. La adquirieron a través de la mercantil l’Alqueria Vella y fue escriturada el 25 de abril de 2008 por un precio declarado de 130.392 euros. Esa propiedad alberga un parany— sistema de caza declarado definitivamente ilegal por el Tribunal Constitucional— y una casa de campo. Para la compra, el matrimonio Castellano-Rioja, casado en régimen de gananciales, firmó un préstamo de 82.600 euros con María Ángeles González. En la compra se hicieron dos entregas de dinero en efectivo por 30.000 y 17.792 euros.