El contable de la depuradora de Pinedo desde 1999 hasta 2010 e imputado en el caso Emarsa, Santos Peral, confirmó ayer al juez que la saqueada empresa pública disponía de una contabilidad paralela a través de la cual los proveedores que pagaban comisiones cobraban sus facturas sin la supervisión del departamento de contabilidad. Peral negó conocer esta práctica y que cobrara sobresueldos por ocultar el saqueo o transportar dinero para pagar cenas del PP de Valencia.

Peral, que ya había acudido como testigo, repitió a preguntas del juez su explicación sobre cómo se realizaban los pagos en Emarsa. El contable descargó todas las culpas sobre el exgerente Esteban Cuesta y el exdirector financiero Enrique Arnal, a quien acusó de poseer las claves de otras cuentas opacas para abonar las facturas a las empresas de Jorge Ignacio Roca, el empresario fugado, y de Sebastián García Martínez «Chanín», el jefe de informática de la depuradora de Pinedo.

Peral declaró que el departamento de contabilidad sólo tenía acceso a una cuenta corriente a través de la cual pagaban a los proveedores que ahora no están siendo investigados. Peral, que fue dirigente del PP de la ciudad de Valencia, negó saber lo que hacía Enrique Arnal con las otras cuentas ni que se estuviera defraudando. El juez lo imputó al considerar que cobró sobresueldos a cambio de su silencio.

El excontable negó que cobrara sobresueldos a través del kilometraje ficticio y también que ayudara a esconder documentación. «La desparición de esos papeles me perjudica», relató el imputado, quien aseguró que se enteró de todo «por la prensa» y se quedó «sorprendido».

Por su parte, el juez sobreseyó ayer la causa por delito contra Hacienda de los imputados Leonor Moreno y Juan Manuel García.