El reparto de sobresueldos entre los diputados del PP de las Corts con cargo a las subvenciones que recibe el grupo no es una leyenda urbana. La contabilidad oficial del Partido Popular, que ayer fue destripada por un pirata informático, acredita la práctica seguida por la dirección del grupo desde hace años. Los representantes de los populares en la Cámara autonómica recibieron extras al margen de su sueldo oficial como mínimo hasta 2011, último ejercicio con las cuentas cerradas y auditadas por el Tribunal de Cuentas.

Ese año, el último electoral, los diputados del PP cobraron nada menos que 457.698 euros bajo el concepto oficial de «gastos de representación», según reflejan los papeles del partido ahora exhumados. El PPCV siempre ha mantenido que se trata de pluses que nunca se han pagado en negro, sino que han sido declarados a la Agencia Tributaria como ingresos de los diputados. No obstante, tampoco nunca han querido entrar en el detalle de explicar la cuantía exacta que cada cual recibía y en función de qué.

La contabilidad que ahora está circulando con transparencia forzada por Internet abarca desde 1990 hasta 2011. Los papeles retratan otra certeza incuestionable de este último ejercicio. En un año en el que los recortes estaban en niveles máximos, el partido siguió con un tren de gastos difícilmente conciliable con los ajustes y austeridad que se pregonaban desde el Consell. Era año electoral y Francisco Camps, acorralado por el caso Gürtel, echó el resto en una campaña de unas elecciones que él presentó como el veredicto de absolución del pueblo. Camps revalidó su mayoría absoluta, pero el 20 de julio a las cinco de la tarde se vio forzado a presentar su dimisión.

90.000 euros en encuestas

Alberto Fabra tomó las riendas del Consell y del partido. En los papeles de la contabilidad queda el rastro de unos gastos vinculados a la campaña que ascendieron a 113.534 euros. Es lo que el partido y el grupo popular pagaron por gastos de viajes, comidas, estancias y kilometraje. Pese a la inactividad parlamentaria que caracteriza a un año electoral, el grupo dedicó nada menos que 22.477 euros a las llamadas «comidas de trabajo».

El partido no le anduvo a la zaga. 33.296 euros costaron los alimentos ingeridos por quienes participaron en las reuniones de estrategia con mesa y mantel. La mayor parte de esa cantidad corresponde a la cúpula del partido. La dirección provincial de Valencia comió un poco menos. En total 11.044 euros es la cantidad que consta como apunte de gastos de comidas en la contabilidad que ayer puso patas arriba a un partido que no abandona el estado de «shock» desde que estalló el caso Bárcenas.

Cuando las urnas han de dictaminar la suerte política, los partidos se convirten en hiperactivos. Los desplazamientos de la plana mayor y de los diputados en campaña sumaron 28.180 euros. A esa cifra habría que sumarle el gasto en combustible. La regional dedicó 25.906 euros. En el apartado de «locomoción» aparecen otros 3.675 euros.

Resulta chocante que en un año en el que el partido tuvo que soltar lastre de nóminas y despedir a trabajadores, gastó paralelamente más de 90.000 euros en encuestas. El expresidente Francisco Camps, cuya imagen se deterioraba a pasos agigantados, encargó numerosos sondeos para pulsar la opinión ciudadana. La contabilidad registra una inversión de 201.781 euros en «servicios profesionales», cantidad a la que se añaden 12.146 euros por «otros asesores».

Alberto Fabra donó 1.500 euros para campaña

El presidente Alberto Fabra tuvo que rascarse el bolsillo para contribuir al partido en los gastos electorales. Su nombre aparece en la lista de donantes en la contabilidad nacional. Fabra, que fue cartel electoral en las municipales de Castelló, aportó 1.500 euros a la causa. Figura junto a miembros de la candidatura al Congreso o a las Corts por Castelló, como Ricardo Costa o Andrea Fabra. Precisamente Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castelló, es otro de los que aparece con un donativo de 4.500 euros. La dirección nacional del PP prescribió que los cargos públicos que aspiraban a revalidar su puesto o los debutantes en listas colaboraran en la derrama extraordinaria.