Incendio de Vilamarxant
«Ha sido una noche horrible, toda la montaña de enfrente estaba ardiendo»
Las 75 familias desalojadas por el incendio de Vilamarxant regresan a sus casas tras 24 horas de tensión
ramón ferrando valencia
Las setenta y cinco familias desalojadas por el incendio de Vilamarxant, Pedralba y Benaguasil pudieron volver ayer por la tarde a sus casas tras pasar veinticuatro horas de gran tensión. Cruz Roja habilitó un albergue con camas en el polideportivo de Vilamarxant, que únicamente fue utilizado por cinco miembros de una familia inglesa. Las viviendas que estaban dentro del perímetro de seguridad son segundas residencias y sus propietarios no necesitaron ayuda. Ningún chalé resultó dañado por el fuego, pero los afectados pasaron miedo por el rápido avance de las llamas.
El fuego dañó los parajes de La Pea y la Peña l'Atrón en el Parc Natural del Túria en Vilamarxant y Benaguasil, y Salto del Lobo en Pedralba. Vicente Tarín, un joven de 29 años que logró burlar el control policial para ver las llamas, explicó un minuto antes de ser desalojado que tuvo que abandonar su chalé a las 21.00 horas del viernes. «He pasado toda la noche en vela. Lo he pasado mal porque por la noche el fuego no estaba controlado y podía llegar en cualquier momento a mi casa», apuntó.
La directora general de Emergencias, Irene Rodríguez, informó de que pese a que ayer por la mañana el fuego ya estaba controlado los responsables de la extinción decidieron mantener el perímetro de seguridad durante las horas centrales del día ante el temor de que el calor avivara las llamas. Rodríguez precisó que las viviendas están muy diseminadas por la zona. La única familia que pernoctó en el polideportivo de Vilamarxant llegó a las dos de la madrugada y se marchó cuatro horas después.
Problemas con el humo
Gloria, propietaria de un chalé en Pedralba, aseguró que pasó toda la noche mirando el fuego. «Lo hemos pasado muy mal. Ha sido una noche horrible porque el fuego avanzaba muy rápido. Toda la montaña de enfrente de mi casa estaba ardiendo. Yo no tenía calor, pero el humo no me dejaba respirar», indicó. Gloria destacó la valentía de los bomberos y los brigadistas. «Se han jugado la vida. Vi a un bombero rodeado por las llamas. No tengo palabras para explicar lo mal que lo hemos pasado. No he podido dormir del miedo» señaló.
La experiencia de María Ángeles Magdaleno es muy parecida a la de Beatriz. «Hemos pasado mucho miedo. Desde mi casa veía todo el fuego y a los bomberos tratando de apagar las llamas. He tenido mucho miedo por mi casa. Pensaba que si el fuego cruzaba el río llegaría hasta aquí porque estamos muy cerca y rodeados de pinos. Por suerte no ha hecho mucho viento», apuntó. María Ángeles Magdaleno lamentó que es el cuarto incendio importante en los últimos veinte años. «El último fue muy grave. Yo ya he pedido por escrito que limpien esta zona porque hay mucha basura abandona y vegetación seca», afirmó.
Manuel Arjona, un vecino que veía las llamas desde la terraza de su chalé, destacó que las familias que peor lo han pasado son las que tienen sus casas en la zona del río Túria. «Yo no he tenido esa sensación de peligro porque el fuego estaba a unos cinco kilómetros de aquí», aseguró Arjona.
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