El juez del caso Gürtel en el TSJCV imputó ayer a la diputada del PP Alicia de Miguel por tres contratos con empresas de la trama suscritos durante su etapa al frente de la Conselleria de Bienestar Social, en los años 2006 y 2007. Horas antes de que se conociera la imputación, De Miguel presentó un escrito en las Corts (11.45 de la mañana) en el que renunciaba a su escaño.

La pasada semana, el exsecretario autonómico de Familia y Solidaridad Enrique Navarro afirmó ante el juez que la entonces consellera fue la que decidió contratar actos con Orange Market. El juez Ceres la ha citado como imputada el 24 de septiembre al apreciar un fraccionamiento de las contrataciones.

Fuentes del entorno de la exconsellera de Bienestar Social y exportavoz del Consell en la etapa de Zaplana aseguraron ayer que se trata de tres contratos menores "de los miles que se firman" y desvincularon ayer su renuncia con la investigación. Además, negaron toda relación con la imputación, que se produjo por la tarde, y su renuncia, efectuada por la mañana. "De Miguel conoció la imputación por la tarde", aseguraron.

De Miguel justificó su renuncia en motivos "estrictamente personales", para dedicarse a su profesión. De Miguel es médico, especialista en Hematología del Hospital General de Valencia, y está al cargo del Centro de Diagnóstico Biomédico del Consorcio Hospital General de Valencia.

En la carta que remitió a las Corts, la diputada agradece a su partido la confianza depositada en ella, asegura que "ha sido un gran honor haber tenido la oportunidad de representar y trabajar para mi tierra, para los valencianos y valencianas, desde la militancia en el Partido Popular, y sostiene que su etapa política "ha concluido. A partir de este momento, me dedicaré al ejercicio de mi profesión", señala. De Miguel, además, reafirma su compromiso político "como elemento fundamental para la convivencia democrática" y agradece a los sectores sociales "su respeto, afecto y cariño" en su etapa política.

Fuentes del PP coincidían ayer en que la renuncia de De Miguel, considerada la Dama de Hierro de la etapa Zaplana y que después siguió con Camps como consellera, respondía a dos claves. La más evidente era el escaso protagonismo que el actual equipo del PP le otorgaba en las Corts. La más alambicada consideraba que la decisión de De Miguel estaba en la línea abierta por Esperanza Aguirre y la que aconsejaba el zaplanismo de retirarse a una segunda línea y salir de los focos mediáticos mientras se dirime la causa judicial, de tal forma que siempre queda la posibilidad de tener una puerta abierta para el posible regreso a la política. Está última línea deja en evidencia al resto de imputados en las Corts y se anticipa a la "línea roja" de Fabra.

El vicepresidente José Císcar, negó que la dimisión tuviera que ver con su implicación en el caso Gürtel y la atribuyó a una decisión personal.

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