Las 37 unidades de tren articuladas (UTA) que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) retiró de forma definitiva de la circulación en 2010 para revenderlas en otros países, aún siguen en los talleres de la empresa de Torrent. Se trata del mismo modelo que protagonizó el accidente del metro del 3 de julio de 2006, en el que se vieron implicas dos UTA la 3736 y la 3714. En la primera viajaban las 43 víctimas que fallecieron en el siniestro y, como adelantó Levante-EMV, se desguazó en 2008 con permiso de la jueza pero con dos recursos de las familias pendientes. La segunda unidad sólo descarriló y no llegó a volcar. Se reparó y volvió a circular, apenas cinco días después del siniestro, el 8 de julio de 2006.

Pese a que se había decidido retirarlas de la circulación y se adjudicaron varios contratos a Vossloh para renovar el parque móvil de FGV, las UTA continuaron circulando en la Línea 1 de Metrovalencia hasta julio de 2010. Un año antes se había anunciado el acuerdo ente FGV y la empresa Vossloh para que ésta última mercantil con sede en Albuixech se quedara con las 37 UTA, las reformara y las vendiera en Suramérica.

Cada tren se vendió a Vossloh por 300.000 euros, por lo que FGV se embolsó 11 millones de euros por estos veteranos trenes. La operación formaba parte de los contratos adjudicados a Vossloh por importe de 536 millones de euros para la red de Metrovalencia y del Tren-tram. De hecho, Vossloh llegó a trasladar en camiones especiales la UTA 3722, hasta los talleres de la empresa ferroviaria navarra Sunsundegui SA, "para renovarla y fabricar un prototipo" y poder revenderla al mercado latinoamericano o del este de Europa, según informó FGV cuando Vossloh transportó la primera unidad, en febrero de 2009. Al parecer, también se ha intentado la operación de venta de las UTA a Angola, pero en este caso ha fracasado porque la red ferroviaria del país africano funciona a diésel y trasformar las UTA de tracción eléctrica supone una inversión que no hace rentable la operación, según ha podido saber Levante-EMV.

Durante todo este tiempo las unidades de tren articuladas se quedaron en Torrent, a la espera de la venta, y allí siguen tal como pudo comprobar ayer este periódico. Las UTA están en buen estado y, al parecer, están en condiciones de circular. Sólo los grafiteros se han "apoderado de ellas" ya que algunas aparecen completamente tapadas por los dibujos, lo que impide identificar el número de todas las unidades.

Llama la atención que, pese a contar con suficiente espacio en los antiguos talleres de Torrent, FGV decidiera desguazar la primera unidad implicada en el accidente, apenas dos meses después de que la Audiencia de Valencia diera el carpetazo definitivo a la investigación del accidente del metro.

Con todo, no es el único tren que FGV ha desguazado en los últimos años, según explican a Levante-EMV fuentes ferroviarias. Dos de las UTA implicadas en el accidente de Picanya (en el que chocaron tres trenes, algunos a doble composición, en septiembre de 2005) la 3729 y la 3739 se desmontaron y, en el caso de la primera, "se reaprovecharon algunas piezas para rehacer la unidad 3730", otra de las afectadas en este siniestro que provocó 35 heridos, entre ellos un maquinista que perdió una pierna. FGV también declinó ayer informar del desguace a donde traslada los trenes desmontados, así como la cantidad que obtiene por ellos.