El Consejo de Política Fiscal y Financiera otorgó el miércoles al Consell el margen más amplio de todas las autonomías para cerrar este ejercicio con déficit, el 1,60 % del PIB valenciano frente al global del 1,3 % para todas las comunidades. Pero el gesto, celebrado ayer por el Ejecutivo como un «éxito» del presidente Alberto Fabra, conlleva exigencias. El Consell tiene previsto aprobar hoy en su reunión la eliminación, quizá parcial, de la bonificación del 99 % del impuesto de sucesiones y donaciones por parentesco (herencias entre ascendientes, descendientes y cónyuges). El Gobierno valenciano se resistía a adoptar esta medida, ya que supone el incumplimiento de una promesa electoral, pero se ha visto abocado a ello por exigencias de Madrid y la crisis.

Comunidades gobernadas por el PP, como Castilla y León y Murcia, ya suprimieron la bonificación, dejando exentos (como en el caso murciano) hasta 300.000 euros para excluir del pago a las herencias modestas, mientras que Extremadura no la tiene. Cataluña también ha anunciado que eliminará parcialmente la bonificación (rebajándola al 75 o 50 %) mientras dure la crisis. Es una opción que podría seguir el Consell, la reducción de la bonificación sin eliminarla totalmente, así como dejar fuera de la medida las herencias modestas. Tal como publicó Levante-EMV, la bonificación del 99 % le hace perder al Consell 521 millones al año por este impuesto, 478 por las herencias y 43,6 por las donaciones. Por la progresividad del impuesto, los beneficiarios son básicamente las herencias medias y grandes. El vicepresidente José Císcar ya dejó entrever la semana pasada que no descartaba la medida.

El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, dio la pista ayer al manifestar, en una entrevista en Ràdio Nou, que el Ejecutivo estudia subir «algún impuesto indirecto» de los que son de su competencia normativa para aumentar los ingresos y poder cumplir con el objetivo de déficit. Moragues dejó claro, eso sí, que el impuesto no sería «ninguno de los que afectan al consumo o la renta disponible de los ciudadanos». Es el caso del de sucesiones y donaciones, que en definitiva reciben las personas receptoras de un patrimonio. El PSPV, a través del portavoz de Economía, Julián López, ya emplazó al Consell a eliminar la bonificación en las herencias y donaciones grandes para que «los que más tienen» también se sacrifiquen ante la crisis tras los recortes sociales del Ejecutivo. Igualmente, pidió subir el tipo en las adquisiciones de bienes de lujo como yates y antigüedades de gran valor.

El propio Fabra, en su balance de los dos años de legislatura, apuntó también el pasado viernes que no se subirán los impuestos «que afecten a las clases medias y bajas», sino que se podrían tomar medidas en este sentido para que paguen más quienes más tienen, y puso como ejemplo una posible subida del impuesto sobre el juego. Sin embargo, el juego ya soporte tipos elevados.

Fabra pide «criterios de empresa»

Ayer, Fabra abogó en Alicante por «poner criterios de empresa» para «poder llegar» al objetivo de déficit fijado a las comunidades, al tiempo que incidió en la necesidad de «seguir trabajando en reducir los costes de la administración», informa Europa Press. Sobre una mayor financiación, Fabra dijo que el Consell la va a pedir «siempre» hasta que no haya un modelo «justo», y consideró que con el 1,6 % «hay una aceptación por el Gobierno de la realidad de la Comunitat, de la necesidad de revisar el sistema de financiación y valorar el esfuerzo que hemos hecho en el último año».

El 1,6 % da al Consell 300 millones más de déficit que al conjunto pero comportará igualmente un recorte de 1.900 millones respecto a 2012, año en que se cerró con un desfase entre ingresos y gastos del 3,52 % del PIB. El presupuesto ya incluía 800, por lo que hay que sacar entre recorte de gastos y mayores ingresos 1.100 millones adicionales. De ahí la eliminación de la bonificación del impuesto de sucesiones que, si no se materializara finalmente hoy, es cuestión de tiempo porque el Ejecutivo ya ha asumido que deberá aprobar. No en balde, para 2014 habrá que cerrar, como el resto, con el 1 % de déficit. Para ese año no hay déficit asimétrico. Como el déficit autorizado debe cubrirse con deuda, ésta seguirá creciendo. Así, según el escenario aprobado el miércoles por el Consejo Fiscal, el Consell cerrará este año con un endeudamiento del 31,2 % del PIB, lo que supone 2.100 millones más que a marzo pasado, cuando se situó en el 29,1 % y 29.037 millones. En 2015 llegará al 32 % del PIB, casi un tercio de la riqueza generada, frente a la media del 20,5 %.