La partida de becas de libros del curso que empieza el lunes en Infantil y Primaria "será totalmente diferente, totalmente distinta" a la que venía destinando a las ayudas para la compra de material escolar. "Las necesidades han cambiado absolutamente. Nuestra máxima prioridad, y algo que no podemos dejar de atender, son algunos servicios complementarios como el comedor y el transporte escolar". Con esta contundencia sentenció ayer la consellera de Educación, Mª José Català, el futuro de las nuevas convocatorias de becas de libros. A partir de ahora, según el discurso de la consellera, las ayudas se reducirán a los casos de extrema necesidad. "Es cierto que es muy necesario -apuntó- que sepamos tener una partida dedicada a situaciones de mayor dificultad para que ninguna familia pueda encontrarse en situación de imposibilidad para poder adquirir los libros".

Català, tras inaugurar en la UIMP un curso de formación del profesorado en nuevas tecnologías organizado por el Ministerio de Educación, dejó claro que para ella "no es coherente hacer nuevas convocatorias sin pagar las que hay pendientes, por lo que hemos priorizado el pago de las ayudas".

Y es que, a fecha de hoy, Educación debe a las familias casi 38 millones de euros en concepto de becas de libros impagadas. Unos 11 millones corresponden a las 107.226 ayudas a alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de hace dos curso, el 2011/2012, y los 27 millones restantes a los 238.057 alumnos de Primaria y ESO a los que concedió la beca de libros este pasado curso 2012/2013. A esto, cabe sumar los entre 7 y 8 millones que aún adeuda a los libreros desde hace también dos cursos por el Bonolibro, la ayuda a todos los alumnos de Primaria que dejó de ser universal este año.

Para la consellera la prioridad "es que a lo largo de los próximos 15 días podamos hacer frente a las becas pendientes". En este sentido, avanzó que de las partidas que se adeudan "vamos a hacer frente a 11 millones de ayudas directas a las familias y una partida que queda a los libreros de 4,6 millones". Es decir que el Consell abonará los 11 millones de las becas de hace dos cursos y parte, "no todo" según el presidente del Gremi de Llibrers, David Cases, del remanente que se adeuda del Bonolibro. De los 27 millones pendientes de las becas de este último curso sigue sin haber noticias.

Con las becas de libros relegadas a un lugar secundario, Educación apuesta por las tabletas informáticas. "Nuestros escolares son nativos digitales y ellos tienen unas expectativas que no podemos frustrar", dice la consellera. Este curso 1.000 escolares de 5º de Primaria de 24 colegios, previo pago de la tableta informática requerida -que vale unos 170 euros- y de los textos digitales, participarán en una prueba piloto de introducción del libro digital con la que según anunció Català cada familia " ahorrará más de 100 euros por hijo en libros".

El presidente del Gremi de Llibrers, David Cases, recibió ayer con escepticismo el anunció de la consellera de Educación, Mª José Català, de abonar en dos semanas más de la mitad de la deuda que tiene pendiente con los libreros desde hace dos cursos. "Esperemos que eso sea verdad, pues hay compañeros que lo están pasando mal y han tenido que pedir créditos o préstamos a familiares por los impagos", dice Cases que desde que fue elegido presidente en enero ha pedido reunirse con Català "dos o tres veces sin obtener respuesta alguna".

Cases señala que las librerías valencianas están atravesando una situación complicada pues "las ventas de libros de texto para este nuevo curso han caído mas o menos a la mitad por el fomento de la reutilización del material escolar". El impacto de este descenso es grande pues la venta de libros escolares puede llegar a suponer entre un 25 y un 30 % del volumen anual de negocio de una librería. El portavoz del Gremi de Llibrers culpa a Educación de la caída de ventas por fomentar el reciclaje a través de los bancos de libros y por los recortes e impagos de las ayudas para la compra de textos escolares así como por la falta de una política de fomento de la lectura.

Los libreros también cargan contra los editores, que ante la caída de las ventas, "están haciendo competencia desleal a las librerías al vender directamente a colegios y AMPA", añade Cases. Además, continúa, a las escuelas "les hacen más descuento que a los libreros y les ofrecen mayores facilidades, pues ellos pueden devolver todos los libros que no vendan y nosotros sólo el 10 %".