La dificultad que tienen las familias para comprar los libros de texto, sobre todo si los padres están en paro y ya han agotado la prestación, ha llevado a que profesores y Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (AMPA) impulsen los bancos de intercambio de libros de texto en colegios e institutos. Incluso la Conselleria de Educación ha creado una red social de trueque de libros (llibrey.es). Entre estas iniciativas sobresale el banco solidario de libros que puso en marcha hace tres cursos el Instituto de Educación Secundaria (IES) público Rascanya de Valencia, que escolariza a jóvenes de los barrios de Orriols y Benimaclet. A diferencia de otras experiencias, en esta no exige depositar libros para participar y se fomenta entre el alumnado que done sus libros usados para los compañeros que no pueden comprarlos.

El director del Rascanya, Miquel Real, explica, que el curso pasado "muchos alumnos recurrieron al banco de libros, pero este año la gente está peor y están viniendo más padres". Este banco solidario lo coordina la profesora Mari Luz Abad, quien detalla que lo que ofrecen a los alumnos es un préstamo de libros, "con el fin de que los devuelvan para que al año siguiente los puedan usar otros estudiantes". Lo único que se exige es una fianza "de dos o tres euros por libro, que se les retorna si los reintegran en buenas condiciones", añade.

Así, por ejemplo, ayer "una alumna se llevó 12 libros de seis asignaturas por sólo 30 euros que podrá recuperar". Abad agradece la sensibilidad de padres y profesores, pues este curso han podido reutilizar "muchos libros de inglés porque los compañeros insistían a los alumnos en que hicieran los ejercicios y subrayaran a lápiz".