El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, organizador de la Escuela de Verano celebrada en Gandia la semana pasada, expulsó de la convención a un militante de Nuevas Generaciones fotografiado en un local presidido por la bandera franquista. El incidente se produjo la tarde del jueves, el día que arrancaban unas jornadas en las que Génova quería marcar distancias con el coqueteo de algunos de sus jóvenes con simbología fascista o nazi. El militante en cuestión, Juan Antonio Sanz, es una persona muy conocida en NN GG de Valencia, ya que es muy activo en las redes sociales y participa en numeros actos.

Génova, consciente de la mala imagen que suponen las citadas fotografías, dió instrucciones para asegurarse de que ninguno de los jóvenes pillados in fraganti se acercara por Gandia. Expresamente se pedió que no fuera el secretario general de Nuevas Generaciones de Gandia, Daniel Terrades, que posó haciendo el saludo fascista. Terrades junto con tres miembros más de NN GG han sido expedientados por el PP. Juan Antonio Sanz no estaba entre el grupo de los sancionados, pero la foto en la que aparece en un local (un casal fallero) en la que cuelga la bandera franquista había circulado por las redes sociales e incluso por algún programa de televisión. En la imagen se ve a Sanz, sin posado alguno, divirtiénendose junto con otras personas con el juego de las sillas.

El jueves por la tarde, aunque no estaba acreditado, Sanz se acercó por el hotel donde la plana mayor del PP y varios ministros -ese tarde acudió Fátima Bañez y Arias Cañete- celebran su escuela de formación. González Pons fue alertado de la presencia de joven y le instó a marcharse. Corría el riesgo de que su contundente discurso contra los gestos fascistas quedaran en evidencia. Por iniciativa de él la tarde se cerraba con la proyección de la película La Ola, en la que se advierte del riesgo del fascismo.

Sin embargo, Sanz se negó a irse al defender que el nada tenía que ver con las ideologías de extrema derecha. Y los ánimos se caldearon. Testigos presenciales apuntaron que se vivieron momentos de tensión, ya que la organización incluso amenazó con llamar a la policía. Finalmente, Sanz se marchó con un monumental enfado. El incidente ha genarado malestar en algunos círculos del PP que achacan a Pons un exceso de celo. Sanz amenzó con darse de baja del PP, aunque finalmente no lo ha hecho. Dos días después, en la clausura y durante la entrega del premio Osvaldo Payà, Pons lanzaba otro aviso a navegantes: "El PP rechaza todas las dictaduras, todos sus signos externos, su retórica y sus justificaciones. No se puede ser tolerante con quienes promueven el odio, la segregación o la dominación, ni con las dictaduras del presente o del pasado".