Apuntalar los lindes del PSPV con Compromís y Esquerra Unida ahondando en el discurso social (sanidad y educación pública y servicios sociales) y valencianista. Ha sido y es uno de los objetivos del líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, desde que accedió a la secretaría general hace ahora año y medio. Consciente de que, en plena crisis y desafección política, la hemorragia de votos del PSPV le ha llegado por ese flanco, Puig ha querido remarcar lo que entiende que son logros de su partido. Igual que organizó unas jornadas contra la corrupción para poner en valor la labor política y las acciones judiciales emprendidas por su partido (personado en las causas mediáticas), ahora aprovechará el 30 aniversario de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià para reivindicar la paternidad de la ley surgida para impulsar la normalización lingüística. La Ley 4/1983 entró en vigor el 23 de noviembre de 1983, tras un duro debate en el que el PP (entonces AP) quería que el valenciano fuera una asignatura optativa en las escuelas, lo mismo que el PCE, aunque luego votó la ley. Uno de sus principales impulsores fue el entonces conseller de Cultura, Ciprià Ciscar, hoy secretario de relaciones políticas del PSPV y mano derecha de Ximo Puig. Ciscar tiene entre sus principales cometidos las relaciones políticas con el resto de los partidos, empezando por Compromís y EU, que podrían convertirse en futuros socios si la aritmética parlamentaria lo permite tras las próximas autonómicas y la voluntad política lo corrobora.

La permanente de la ejecutiva del PSPV aprobó ayer la realización de un ciclo de actos conmemorativos de esa norma, que servirán también para defender la escuela pública amenazada por los recortes.

En una entrevista en este periódico el pasado mes de junio, Ciscar hizo un diagnóstico crítico sobre la situación en la que se encuentra el valenciano. 30 años después. Confesó que su previsión era que hacían falta «tres años para aplicar la ley y una generación para alcanzar sus objetivos». «Se ha avanzado mucho, pero me imaginaba que a estas alturas se habría avanzado más. Claro, la previsión era en las circunstancias de un gobierno socialista. Pero llegó el PP», lamentó. Y concluyó: «Se ha estudiado el valenciano en la escuela pero no ha sido suficiente con una generación para poner a las dos lenguas en pie de igualdad. En la enseñanza no se cumple la ley y en el uso privado a veces cuesta».