El titular del juzgado de lo Penal número tres de Valencia, Jesús Leoncio Rojo, impidió ayer a un periodista de Levante-EMV tomar notas de un juicio contra un abogado acusado de estafa. El magistrado interrumpió la declaración del imputado para ordenar al redactor que dejara inmediatamente el papel y el bolígrafo. Jesús Leoncio Rojo advirtió al periodista de que un juicio no es como una entrevista en la que se reproduce textualmente las declaraciones. Una vez acabada la vista oral, el juez insistió en que tiene por costumbre que en su sala no se tomen notas de los juicios y que si el redactor de tribunales tiene algún problema plantee una queja al Consejo General del Poder Judicial. Este periódico había podido cubrir los juicios con el mismo magistrado sin problemas en otras ocasiones.

El magistrado interrumpió la vista oral cuando el acusado ya llevaba unos veinte minutos declarando. El redactor entró en la sala cuando la agente judicial del juzgado exclamó «audiencia pública» y se sentó en la segunda fila de bancos con todos los dispositivos electrónicos (teléfono móvil y tableta) apagados. En la sala de vistas estaban el magistrado, la secretaria judicial, el fiscal, el abogado defensor, el acusado, dos intérpretes y un hombre que asistía como público. El juicio transcurrió con normalidad y en silencio ya que ni los traductores ni el hombre que estaba como público ni el periodista abrieron la boca hasta que el juez decidió intervenir.

El acusado que estaba sentado en el banquillo de espaldas al público contestó a todas las preguntas del fiscal sobre la supuesta estafa a cuatro inmigrantes a los que presuntamente engañó para que le entregaran dinero a cambio de contratos de trabajo para que regularizaran su situación en España. Una vez terminó el fiscal, el letrado acusado contestó a su abogado y se defendió de la acusación. Cuando ya estaba terminando, el juez alzó la vista y miró fijamente al periodista que estaba tomando notas en el ejercicio del derecho a la información que como profesional acreditado en la Ciudad de la Justicia estaba ejerciendo. El magistrado advirtió al redactor de que no podía escribir lo que estaba ocurriendo en la vista y añadió que el juicio no era una entrevista. Ante la incredulidad del periodista, el juez insistió en que no podía anotar nada más por lo que debía dejar inmediatamente el bolígrafo.

Los jueces a veces ordenan que las vistas se celebren a puerta cerrada en casos en los que las víctimas son menores que han sufrido abusos sexuales y al estimar que el derecho de los niños a preservar su identidad y lo que les ha sucedido prevalece sobre el derecho que tiene la sociedad a estar informada. Sin embargo, en este caso la vista era abierta y nadie había puesto reparos a la presencia de público. De hecho, el juez les pidió a los dos traductores que estuvieran desde el principio para poder ofrecer una información completa a las víctimas durante su interrogatorio. Compañeros de la Ciudad de la Justicia del magistrado mostraron ayer su incredulidad ante lo sucedido.

Jesús Leoncio Rojo interrumpió la declaración del acusado cuando responsabilizaba a una asociación que trabaja con inmigrantes del supuesto engaño a las víctimas. El abogado está acusado de cobrar a extranjeros que carecen de permiso de residencia entre 700 y 1.200 euros por facilitarles contratos de trabajo para regularizar su situación en España. Los hechos presuntamente ocurrieron entre enero y febrero de 2012 y el fiscal pidió al comenzar el juicio que el letrado sea condenado a dos años y diez meses de prisión. El abogado insistió en que tramitó la documentación a los denunciantes y las víctimas aseguraron que habían sido estafadas.