El próximo martes, primero de octubre, los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración iniciarán la primera fase de la intervención en la imagen de la Virgen de los Desamparados. En ella, la obra será sometida a diversas pruebas en las que se analizará su estado actual para determinar los parámetros de la restauración. Todo ello, sin abandonar la Basílica.

Fotografía Digital de Alta Resolución. Con diferentes respaldados digitales, se elaborará una documentación exhaustiva de la imagen. Los datos visuales iniciales se compararán con los finales para tener una clara visión del trabajo realizado.

Fotografía UV. Con esta técnica, en la que se utilizan una fuente de iluminación que emite en una longitud de onda invisible al ojo humano, se detectan las intervenciones anteriores, la disposición de los barnices de protección y, en definitiva, la diferenciación de materiales que constituyen la pieza escultórica. Este proceso cobra relevancia durante la fase de limpieza, ya que diferencia aquellas zonas donde se ha eliminado el barniz o se han eliminado las zonas de repinte, frente a las que aún no se han suprimido.

Reflectografía IR con falso color IR. En este punto se unen dos técnicas capaces de identificar los materiales para poder tener de antemano un mapa de distribución de los distintos materiales que constituyen la escultura. Esto favorece una mejor planificación de un análisis puntual.

Video-endoscopia. Es una técnica de diagnosis que permite observar la pieza escultórica por dentro, y ver detalles tales como el método constructivo, las piezas de encolado, el instrumento utilizado para el vaciado, piezas de refuerzos, etc. Únicamente hará falta disponer de un orificio de unos seis milímetros, por donde pasará una luz y una cámara.

Radiografía. Técnica de diagnóstico complementaria al TAC que permite estudiar escultura de modo no invasivo y no destructivo. Con ello se conocerán elementos metálicos, policromías ocultas y antiguas intervenciones en la imagen.

Fluorescencia de Rayos X (XRF). Se trata de una técnica de análisis sin toma de muestra y no destructiva, que posibilita el análisis químico elemental de la escultura. Al ser una técnica sin toma de muestra y no destructiva, permite realizar amplios barridos de la obra sin que sufra ningún daño, así como la obtención de una primera información sobre los pigmentos empleados.

Identificación de la madera. La identificación del soporte de madera es uno de los principales estudios que se realizan a este tipo de esculturas. Éste se realiza mediante anatomía comparada con patrones de madera conocidos, mediante microscopía óptica y electrónica.

Estudios estratigráficos con toma de micromuestras. Se realizan a partir de la toma de micromuestra de zonas específicas. Este tipo de análisis se utiliza para obtener una completa información sobre los materiales empleados en las policromías de la escultura -identificación de pigmentos, aglutinantes y barnices- de la policromía original. También permite identificar y analizar la presencia de intervenciones anteriores, así como evidenciar el estado de conservación de las distintas policromías. Todo ello colabora en el diseño del método de intervención más adecuado.

Digitalización 3D. Las nuevas tecnologías hacen posible elaborar un archivo digital con el volumen exacto de la obra. Entre estos adelantos están los escáners 3D, capaces de obtener una malla tridimensional exacta al original, es decir, la documentación volumétrica de la escultura. Además, ese realiza una labor de conservación de la imagen. ya que con este tipo de archivo se puede ejecutar cualquier medida o estudio, sin necesidad de tocar la obra. En caso de producirse cualquier desafortunado suceso a la imagen, se puede realizar un mecanizado parcial de la zona afectada que será exactamente como era, sin inventar nada. Esto puede suceder con la pérdida fortuita de la obra por cualquier catástrofe o robo, y se podría reponer de forma exacta.