La cruzada contra las energías renovables «subvencionadas y poco eficientes» iniciada hace unos meses por el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se intensificó ayer en Cortes de Pallás. Preguntado por la reforma del sector energético que elabora el Ministerio de Industria, el empresario, que elogió al ejecutivo de Mariano Rajoy en varias ocasiones, dijo que el Gobierno tenía «una oportunidad de hacer bien algo que se hizo mal y que ha provocado que casi el 50% de la factura eléctrica no tenga nada que ver con centrales como la de Cortes-La Muela, ni con la red de distribución eléctrica, sino que tiene que ver con decisiones políticas: impuestos y subvenciones a tecnologías inmaduras que en el caso español tienen un coste muy elevado». Galán recordó que las centrales solares «solo producen un 5% de a energía y suponen un 20% del coste. Si se suspendiera la producción con estas tecnologías la factura podría bajar más del 10%».

Según el presidente de Iberdrola, el apoyo político a energías renovables «poco eficientes»insistió ha supuesto el cierre de casi 50.000 MW de potencia instalada en Europa y podría suponer también el cierre de alguna central de gas en España. La termosolares y fotovoltáicas «nos cuestan a todos» 5.000 millones de euros. Son centrales «ineficientes» con un coste que Sánchez Galán cifró en 400 euros el megawatio/hora y que están «echando del mercado a otras con costes de 40 euros/MW/hora.

Poco después de llegaba la respuesta de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier). En un comunicado, las empresas consideran que la tarifa eléctrica podría bajar hasta un 20% si se retiran a las eléctricas las «desproporcionadas sobrerretribuciones por la generación de energía nuclear e hidráulica».

Sánchez Galán no quiso valorar la salida de Bankia del accionariado de Iberdrola y reiteró que la economía española está saliendo de la crisis.