El cierre de Radiotelevisió Valenciana era inevitable y es innegociable. Alberto Fabra ha tomado la decisión y ahora sólo queda decidir cómo. Catorce horas después de conocerse la noticia, el presidente de la Generalitat ha comparecido ante un numeroso grupo de periodistas para anunciar que la decisión tomada ayer por el núcleo duro de Presidència es firme y será ejecutada con brevedad: "Cuanto antes vamos a proceder al cierre de RTVV".

La responsabilidad política del fracaso recae en Rosa Vidal: "La directora general no va a seguir en sus funciones. En la sentencia parte de las decisiones que ha tomado han llevado a la nulidad del proceso". Con estas palabras, Fabra convertía a Vidal en una de las principales responsables, a ojos del Consell y según aparece reflejado en la propia sentencia, de la nulidad del ERE. Vidal anunció ayer su intención de desvincularse de la empresa cuando llegue el proceso de cierre, momento en el que el jefe del Consell ha anunciado que se abrirá "un proceso de selección de personas".

Si Vidal tiene la culpa; José Císcar no. Ante la pregunta de un periodista acerca del futuro del Vicepresidente del Consell, Alberto Fabra ha respondido rotundo (y con cierto aire de sorpresa por la pregunta): "Por supuesto que el vicepresidente va a seguir". El portavoz del Consell, que se encontraba en la sala, fue quien asumió la gestión y determinación del ERE. En esta misma línea ha descargado de culpas a su ejecutivo y ha recordado que el expediente de regulación de empleo se llevó a cabo con la asesoría de un despacho de abogados al que no descarta pedir responsabilidades.

Fabra también ha descargado parte de la culpa en el Gobierno central y ha querido aclarar que antes de tomar la decisión habló con Cristobal Montoro, sin que éste aportara una solución financiera: "Cuando voy a hablar con el ministro de Hacienda, al cual por cierto le dije, al igual que al presidente del Gobierno, que iba a cerrar la Radiotelevisión Valenciana, siempre es para pedirles dinero".

No han sido, sin embargo, las únicas personas señaladas por el jefe del Consell durante su comparecencia de media hora en el Palau de la Generalitat. Fabra también ha apuntado a los sindicatos como responsables del fracaso del ERE y les ha acusado de no asumir "cuál era la realidad de esta Administración y cuáles eran los recursos que teníamos".

En este sentido, Fabra ha insistido en que el ERE era la única salida: "Hay quien no ha querido entenderlo. Era la única manera de mantener RTVV". "La Administración no es un saco sin fondo", ha proclamado para apuntar a continuación que la sentencia "impide mantener los servicios básicos". "No voy a ser yo el que ponga 40 milones de esas partidas para readmitir a esas personas. Si hay una línea roja es mantener los servicios sociales. Aunque ha asegurado ser consciente de "lo que representa" Canal 9, Fabra ha insistido en que "no puedo decirle a un ciudadano que voy a cerrar un colegio mientras mantengo abierto Radio Televisión Valenciana".

Sobre este eje, el de contraponer la sostenibilidad de la Sanidad y la Educación, ha girado el argumentario del Gobierno Valenciano desde que ayer se conociera la noticia. "No cerraré ni un sólo colegio u hospital para mantener abierta RTVV", ha repetido en múltiples ocasiones el presidente de la Generalitat esta mañana.

Un futuro incierto

Acerca de cuál será el futuro inmediato de los trabajadores, Fabra ha explicado que primero se procederá a la reincorporación de éstos, para posteriormente proceder al cierre de la empresa. "Es una decisión innegociable. No tenemos el dinero para costear una televisión de hace tres años", ha sentenciado. Sobre cuánto costará este cierre, el presidente de la Generalitat ha apuntado que, aunque está por determinar en detalle, el ejecutivo estima que se será aproximadamente lo que costaría mantenerla abierta durante un año. "Nuestro objetivo era una RTVV asumible, con mucho menos dinero. Por eso hicimos el ERE, porque sólo a través de la reducción de RTVV podíamos hacer sostenible esa televisión", ha insistido.

Al inicio de su comparecencia a las 9.30 de la mañana Fabra confesaba que se había tratado de "la decisión más difícil que ha tenido que tomar este gobierno en los dos años que llevo en él".

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