Los trabajadores tomaron ayer el mando de la programación de Radiotelevisió Valenciana (RTVV) con más de siete horas en directo para defender una televisión pública y rechazar el cierre "innegociable" de la cadena corroborado a primera hora de la mañana por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. El Consell debatió durante horas cómo responder y, al final, optó por enviar a las instalaciones de Burjassot a un notario que certificara a la directora, Rosa Vidal, que la programación no se ajustaba a los criterios del contrato programa y le requiriera sobre "el desgobierno" en la empresa. Vidal, que llevaba dando vueltas con sus colaboradores a su dimisión durante todo el día, aprovechó la ocasión para hacer oficial su renuncia y la de todo su equipo directivo. RTVV queda ahora descabezada.

"¿Podemos dedicarnos a informar de lo que la sociedad pierde sin esta televisión?", le preguntó una periodista a Vidal la noche del martes, en la reunión que mantuvo con los empleados que quedaban. La directora respondió que ella estaba allí para gestionar, no para decidir contenidos. Tras el rechazo ayer de Fabra a cualquier vía que salvara la cadena, los trabajadores tomaron la puerta abierta dejada por Vidal y empezaron a preparar una programación especial, al tiempo que unificaban la señal de Nou y Nou24 y la leyenda "RTVV no es tanca" aparecía sobreimpresionada en una esquina de la pantalla.

El espacio comenzaba a las 15.30 horas, tras un informativo en el que se leía repetidamente el rótulo en tipos grandes "El Consell tanca RTVV" y que, de nuevo, era dominado por la noticia del cierre con presencia de trabajadores de pie en el plató.

En los despachos de Presidencia de la Generalitat comenzaban, mientras tanto, a barajar medidas para atajar la sublevación. La hoja de ruta en la que se trabajaba durante la mañana quedaba antigua y se llegó a pensar en acelerar un decreto ley que derogara la norma de creación, pusiera fin a RTVV y dejara sin legitimidad, por tanto, las emisiones.

Al final, tras aparcar medidas drásticas -"se podría ver como una acción totalitaria", apuntaban en el entorno del Palau de la Generalitat-, el Consell optaba por una medida que sirviera al menos de aviso y de aval ante hipotéticas iniciativas legales: enviar un notario a la octava planta de Burjassot. Lo que no esperaba era que Vidal aprovechara esa visita para hacer formal su renuncia junto a todo el equipo directivo, lo que incrementa la situación de caos. Alegó falta de confianza del Consell e insistió en que este "falta a la verdad" al responsabilizarla de la sentencia que anula el expediente de regulación de empleo (ERE) y obliga a readmitir a los casi mil despedidos.

Y no se iba sola. Poco después, los otros cuatro miembros del consejo de administración de RTVV por el PP (Vicente Navarro de Luján, Estela Bernat, Lázaro Marín y Aránzazu Calzada) comunicaban su dimisión. Lo hacían a través de un comunicado de la propia RTVV y argumentaban "las irregularidades" en el ERE "desde su inicio".

Es un obstáculo más en los planes de Fabra. La televisión queda desgobernada y llena de incógnitas: ¿quién manda ahora?, ¿se impone la autogestión?, ¿qué pasa con el consejo de administración? Fuentes de la Generalitat solo avanzaron anoche que se nombrará "a la mayor brevedad" una dirección encargada de la liquidación de la empresa. El acuerdo para tramitar legalmente la extinción también se hará rápido, pero no esta semana, según el calendario de Presidencia.

Las fuentes admitían que la situación del consejo de administración es ahora más que compleja y requerirá un análisis jurídico.

La calle sí hablaba. El comité de empresa se reunía a las 18 horas en el Colegio Mayor Rector Peset con los líderes sindicales y los portavoces de los grupos de la oposición, y anunciaba la convocatoria de manifestaciones el sábado en las tres capitales de provincia.

Mientras tanto, cientos de personas se concentraban en la plaza de la Virgen de Valencia de forma espontánea en defensa de RTVV. El propio programa especial de esta nueva Nou autogestionada por los trabajadores -con más motivo que nunca desde anoche- realizaba conexiones en directo con esta protesta (con el coste que implica por el satélite) y con otros enclaves de la C. Valenciana. Un tenso debate político sobre RTVV con Serafín Castellano (PP), Ximo Puig (PSPV), Enric Morera (Compromís) y Marga Sanz (EU) ponía fin a la jornada. Los trabajadores deberán decidir qué emite hoy Nou.

Un asunto que queda sobre la mesa es qué ocurre con la parte de la parrilla (16 programas en distintos horarios) que se había adjudicado a la unión temporal de empresas Videac (de Tres60, sociedad que preside el exministro Josep Piqué), Endora y Mecomlys, por algo más de siete millones de euros.

La postura de la dirección de RTVV ayer -antes de abandonar la sede de Burjassot- era que la televisión no tiene que pagar nada a la concesionaria, porque el contrato no está aún firmado -la previsión era hacerlo el próximo día 18-, a pesar de que el consejo de administración diera el visto bueno definitivo a los lotes 1 y 3 y tramitara el 2 también para la misma UTE.

La misma posición manifestaban los miembros del consejo por la oposición.

El pliego de condiciones incluye una cláusula según la cual la adjudicataria tendría derecho a cobrar dos meses (del año total de la concesión) si RTVV se veía obligada a rescindir el contrato por la anulación del expediente de regulación de empleo (ERE).

Ayer, las empresas concesionarias desconocían la situación y qué podía ocurrir con las posibles compensaciones. "Esperamos que alguien nos diga algo", afirmaba Ángel Raga (Mecomlys).

Lo que dejaba claro es que, si bien no se ha grabado nada en concreto -al margen de lo que se presentó como muestra durante el concurso-, sí se ha realizado un trabajo de preproducción, analizando los contenidos finales a realizar y las personas que formarían parte de los mismos.

Para el equipo de Rosa Vidal, al mando hasta ayer de la nave de Burjassot, no hay nada que indemnizar a la adjudicataria, pues considera que solo ha existido un trabajo previo hasta el momento.

Antes de que el anuncio de cierre alterara todos los planes, la intención de RTVV era acelerar la externalización con el objetivo de renovar la parrilla y elevar la audiencia. Por ello, quería tener en antena los 16 nuevos espacios a mediados de diciembre, un mes después de firmar los contratos.