La pilota valenciana del siglo XXI regresa al XIX. El deporte autóctono, que aceptó transformar sus instalaciones para adaptarse a las demandas televisivas de la modernidad „pintó de azul las tradicionales paredes blancas en los trinquets de Genovés y Montcada, sustituyó los muros del fondo por cristales blindados para permitir el paso de las cámaras, y coloreó de blanco la pilota negra de vaqueta por las exigencias de RTVV„ afronta un apagón audiovisual de consecuencias impredecibles. «Es un futuro negrísimo por los patrocinadores, que no querrán estar en la pared blanca de un trinquete que no salga en la tele, y por el conocimiento social del juego. Pasará como con la lengua pero más deprisa: la pilota ya no entrará en las casas y puede que pase a ser residual o incluso se llegue a su desaparición», teme Javier Nadal, gerente de la empresa de pilota Valnet, que gestiona la actividad profesional de la escala i corda y es la única mercantil con pilotaris en nómina.

El mundo cerrado que había sido el trinquet durante la segunda mitad del siglo XX sólo empezó a abrir la muralla a partir del 22 de abril de 1990, cuando Canal 9 retransmitía, por primera vez en la historia y además en directo, una partida de pilota. Después de años con retransmisión puntual de finales, transcurrió una década en que la partida semanal era relegada a Punt Dos y, encima, en diferido. Pero llegó 2008. Y entonces aconteció la revolución azul.

El presidente Camps se empeñó en revolucionar la pilota televisada „siempre lastrada por la morfología alargada y ciega del trinquete„ y RTVV decidió convertir el trinquet de Genovés en un plató televisivo al gusto de Canal 9. Fuentes consultadas por este periódico cifran en alrededor de 370.000 euros la inversión pública realizada en estudios y proyectos del Institut de Biomecànica de València o el instituto de Óptica para delimitar cómo había de ser el trinquet del siglo XXI para dotar de espectacularidad audiovisual a las partidas de pilota.

Genovés sirvió de laboratorio. El trinquete municipal fue reformado „con un gasto de unos 125.000 euros„ y se pasó de cuatro cámaras a once, infografía o radar de velocidad de la pilota. El 4 de julio de 2008, en horario de prime time, la televisión sacaba a la pilota del pozo de la historia televisiva al dotar de una espectacularidad nunca vista las partidas televisadas.

También la Ciutat de la Pilota de Montcada „sede actual de las finales, que ha costado en torno a los 12 millones de euros y está inacabada desde la primera piedra de 2003„ fue pintado de azul y concebido para la televisión, con vidrio por todas partes.

Promesas incumplidas

Ahora ya se habla de pintar de blanco el trinquete de Genovés, donde nada más empezar las dificultades económicas se incumplió la promesa de televisar partidas semanales en directo. Se volvió al diferido y, más adelante, a las finales en Canal 9. Sin embargo, desde junio, RTVV olvidó a la pilota. El canal que acostumbraba a emitir 50 partidas anuales en distintas modalidades ya no emitía partidas nuevas y echaba mano de antiguas grabaciones de archivo. La tele pública exigía a la empresa Valnet que pagara ella la producción de las partidas, que costaban poco más de 2.000 euros. «RTVV nos pidió que buscáramos carnicerías o supermercados que pagaran por anunciarse. Si no, sólo televisarían las finales», revela Nadal. Y así estaba ocurriendo.

Entre los agentes y los aficionados a la pilota hay sensación de engaño, de dinero público arrojado a la basura en un deporte falto de capital. Se anunció la revolución y ahora se pasa a depender, como hace dos siglos, de las crónicas periodísticas escritas. Los jóvenes estudiarán la pilota valenciana en las aulas, pero no verán este joc „documentado en tierras valencianas desde 1305„ si no cruzan la puerta de un trinquet. Y así se vuelve al pasado, a la eterna pescadilla que se muerde la cola: ¿Quién entrará a un trinquet „a veces camuflados dentro de cafeterías, como en Pelayo desde 1868„ si nunca ha visto lo que se juega allí dentro? Resuenan otra vez las viejas palabras, que se creían superadas, del escritor Llorenç Millo: «Els homes de la pilota sabem caminar sols i sense ajuda. Les altes esferes sovint ens han fet promeses no complides; no n?esperem res; seria millor per a nosaltres que ens tingueren oblidats».