Los nuevos miembros del Consell d'Administració de RTVV, nombrados por el PP para recuperar el control del ente público, están en sintonía con la pluralidad de los nuevos tiempos de RTVV: sus criterios son dispares y con matices interesantes. Lluís Bertomeu, del ala regionalista del PP y tradicional verso suelto del partido comprometido con las señas de identidad, todavía mantiene una pequeña esperanza de que el cierre pueda revertirse de algún modo y asegura que va a "tender puentes" entre la Generalitat y los trabajadores de RTVV. "¡Ojalá se pueda llegar a esa situación [de no cerrarla]!", pide. Desde luego, no se resigna a un apagón audiovisual sin más. "Hay que retomarlo y encontrar una herramienta adecuada para la promoción del autogobierno y la identidad, que es en lo que yo creo", defiende.

Como Bertomeu no es iluso, subraya que hay una decisión tomada y que su capacidad de maniobra es "poca". En el caso de que no pueda evitarse el cierre, afirma que convendría buscar acuerdos desde la Generalitat mediante "promociones institucionales con el sector privado de medios de comunicación, como puede ser Levante TV o TV Mediterráneo, para no perder esa herramienta dignificadora de la identidad valenciana, la lengua y el autogobierno", afirma.

Por su parte, el nuevo consejero Vicente Burgos -un histórico del PP valenciano que ha ocupado altos cargos públicos- tiene palabras de cercanía con los trabajadores, a quienes les expresa su "cariño y afinidad". Además, valora su rebeldía informativa de las últimas horas. "Me ha gustado el dinamismo que se ha imprimido a estos días de extraordinaria programación. Tienen el derecho a reivindicarse como profesionales", afirma Burgos.

Él es directo: "Aquí no estamos sólo por nuestros méritos, sino para cumplir una misión y unos objetivos" que serán determinados por las Corts. Todo indica que la liquidación del ente. No obstante, abre una puerta a la esperanza. "Tal vez no existe un camino, sino más caminos. Y puede que haya que cambiar el sentido de servicio público que hemos tenido hasta ahora. El concepto clásico de servicio público, hoy en día, no es todo lo viable o eficiente que podía ser antaño". Y por eso, insta a dotarse de "instrumentos más imaginativos para la prestación de este servicio" con el fin de que la sociedad valenciana "no se quede huérfana de esta necesidad y este orgullo colectivo que ha sido la radiotelevisión pública". Si RTVV se cierra, insiste, "se deberán atisbar fórmulas distintas para que estos servicios no se pierdan".

Bartolomé Orozco, otro de los nuevos consejeros de RTVV -que ha sido durante doce años jefe de prensa con Miguel Ortiz (PP) en Altea y en la Federación Valenciana de Municipios y Provincias- admite que ahora les toca "seguir las directrices del presidente Fabra". Asegura que intentará ser "conciliador", pero reconoce que "el entendimiento es difícil". "No pinta bien la cosa", sotiene Orozco, crítico con Rosa Vidal por "abandonar el buque tan fácilmente". Lamenta la "situación dolorosa" a la que se ha llegado y destaca la "pluralidad" que, a su juicio, siempre ha caracterizado a RTVV. "Incluso pienso que uno de los problemas del PP es que hha sido demasiado tolerante con ciertas cosas en la televisión". Este periódico no pudo contactar ayer con el cuarto consejero de RTVV nombrado por el PP, José Serralde.