La declaración como testigo en el caso Nóos del ex presidente de la Generalitat Francisco Camps ha vivido una serie de capítulos esperpénticos que los hubiera firmado Ramón del Valle-Inclán. La idas y venidas de la policía al domicilio del político y las prisas del fiscal por entregar las preguntas se hubieran evitado aplicando el baremo del que disfrutaron varios ministros y ex ministros en otros casos de corrupción, en los que también se acogieron al privilegio de ser interrogados por escrito como permite la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

El actual ministro de Economía, Luis de Guindos, tuvo diez días para contestar el cuestionario como testigo ante la Audiencia Nacional por el caso Bankia. El magistrado instructor requirió a los acusadores y a las partes para que formularan las preguntas que, declaradas pertinentes, fueron remitidas al político. Según consta en una providencia de 12 de marzo de 2013, el juez dio un plazo de diez días al ministro para contestar. De Guindos presentó su escrito en el juzgado jornadas después de recibirlo.

Fuentes jurídicas explicaron a este periódico que sucedió lo mismo en el «caso Campeón», en el que se investigaban adjudicaciones irregulares y donde estuvo imputado, aunque posteriormente se sobreseyó la causa contra él, el ex Ministro de Fomento José Blanco. En esta instrucción tuvieron que declarar las ex ministras Leire Pajín y Elena Salgado, quienes se acogieron al privilegio de declarar por escrito en el caso. También tuvieron varios días para contestar.

Por su parte, y como ha venido contando este periódico, Francisco Camps declarará cuando José Castro regrese a Valencia. Su interrogatorio por escrito se realizará en un edificio oficial y en una sala incomunicada, con la presencia de la secretaria del juzgado de Palma de Mallorca que investiga el caso Nóos. Esta medida presupone que Camps deberá contestar en el momento, o a lo sumo en varios días, pero siempre condicionado por la presencia de la funcionaria y la estancia de Castro en Valencia.

El exjefe del Consell era uno de los diez altos cargos a los que los instructores del caso Nóos pretendían tomar declaración como testigos por los convenios con la fundación de Iñaki Urdangarin para la organización de tres ediciones del Valencia Summit y la celebración de los Juegos Europeos, que nunca sucedieron.

De sábado para domingo

Camps recibió el martes 12 de noviembre la citación para declarar como testigo el sábado 17, pero el miércoles se acogió a su derecho a hacerlo por escrito. El juez de Palma suspendió en ese momento la declaración sin fijar otro día.

Sin embargo, el sábado optó por citarlo para el domingo. La decisión de adelantar su interrogatorio, que no estaba previsto, surgió cuando la Fiscalía y la acusación popular ejercida por el sindicato Manos Limpias presentaron el mismo sábado su listado de preguntas para el ex presidente. El juez dictó una notificación en la que pedía a Camps que señalese el lugar que considerara oportuno para que se desplazara la secretaria judicial y contestara por escrito a sus preguntas, a las del fiscal y a las de acusación. Su intención se vio frustrada al no localizar al testigo. El propio magistrado explicó el sábado por la tarde en Valencia que es normal que una persona esté ausente de su casa durante un fin de semana.