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Crisis popular

Fabra abre la puerta a sanciones y los firmantes del indulto reniegan de Ballester

Los intentos de Fabra y del propio Ballester por subrayar el carácter personal de las firmas chocan con el texto

El presidente Alberto Fabra, acompañado por la viceportavoz Marisol Linares, entra en el hemiciclo, con el síndic, Jorge Bellver, en primer plano. efe/kai försterling

El presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, tiró ayer mano de galones para imponer su autoridad tras el pulso que el día anterior le lanzó el diputado de Alicante y referente de los campsistas Andrés Ballester, así como otros dirigentes del partido, como el líder provincial de Valencia, Alfonso Rus, sobre la petición de indulto al exalcalde de Torrevieja Pedro Hernández Mateo, condenado a tres años de prisión por prevaricación y falsedad. Ballester, al igual que Rus, se reafirmó en su iniciativa pese a desaprobarla el jefe del Consell y manifestó en las Corts: «Si al señor Fabra no le parece bien [la petición de indulto], a mí y a 40 y muchos [diputados] sí nos lo parece». Una frase que, para la dirección, ninguneaba la figura del presidente y su criterio, al tiempo que se erigía en portavoz de una mayoría de diputados para confrontarla con Fabra.

«A título personal se puede hacer, pero no desde el partido, ni desde luego, desde el grupo parlamentario popular. No se lo dice Fabra, se lo dice el presidente del partido y el presidente del grupo, apostilló un presidente visiblemente enojado. A preguntas de los periodistas, Fabra abrió la puerta a sanciones contra Ballester aunque las derivó al comité de dirección del grupo popular. La contundencia buscaba dar un puñetazo en la mesa para imponer su autoridad y cortar de raíz el debate. No obstante, fuentes populares matizaron después que no habrá medidas disciplinarias para no magnificar lo que ven como una «torpeza política» y no una maniobra del campsismo contra Fabra. Sí habrá un tirón de orejas porque, añaden, no se pueden tolerar desafíos al presidente. En ese sentido, hoy mismo en el pleno podría visualizarse el desplante a Ballester de varios parlamentarios, que ayer se mostraban indignados al considerar que se les utilizó para debilitar al presidente.

Algunos están dispuestos a recriminárselo personalmente y otros, a hacer público su reproche. Por la mañana, el despacho del portavoz, Jorge Bellver, fue un lugar de peregrinaje al que acudieron numerosos parlamentarios para justificarse y trasladarle que no estaban de acuerdo con la «manipulación» de sus firmas que atribuyeron a Ballester. Un mea culpa al que no es ajeno la cada vez más cercana confección de las listas electorales. Entre los arrepentidos, está la dirección del grupo (salvo Bellver y el portavoz adjunto Rubén Ibáñez), que rubricó el escrito y no puso pegas cuando Ballester ofreció el documento a la firma en la reunión de grupo del 13.

Fabra, en sus declaraciones, aseveró: «Hay personas que no entienden que tenemos que ser absolutamente ejemplarizantes con nuestras actuaciones», en alusión a Ballester. A continuación, Fabra dijo entender «que haya cariño y afecto a personas como Pedro, que ha sido compañero suyo y de muchas personas durante muchas legislaturas», aunque advirtió de que «eso no quita que el partido tenga que mostrar su firmeza ante aquellas personas que están condenadas».¿Van a tomar medidas contra Ballester?, se le preguntó. Y contestó: «Eso lo tendrá que decir el resto de compañeros pero, lo que debe quedar claro es que el comportamiento del grupo y del partido es muy contundente» en el sentido de que «no podemos hacer cuestiones como la de solicitar el indulto desde el partido o el grupo».

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