La Conselleria de Infraestructuras ha presentado al Ministerio de Fomento una propuesta de inversión «bajo coste» en la línea Sagunt-Teruel-Zaragoza para reactivarla y favorecer el tráfico de mercancías. El departamento que dirige Ana Pastor ve con buenos ojos esta iniciativa de la Generalitat ya que, con una inversión mínima, favorecería el tráfico ferroviario de mercancías entre Zaragoza y los puertos valencianos del corredor mediterráneo. Esta mejora serviría de ensayo para tomar el pulso al futuro eje cantábrico-mediterráneo (de Bilbao a Sagunt), que la Unión Europea acaba de incluir como red básica en las redes transeuropeas de transportes (RTE-T).

La inversión mínima para reactivar la línea Sagunt-Teruel-Zaragoza rondaría los 42,8 millones de euros y permitiría aumentar tanto las frecuencias como el tráfico de los trenes de mercancías. El departamento que dirige Isabel Bonig también ha presentado una segunda propuesta de inversión, que incluiría la electrificación total de la línea, y que ya ascendería hasta los 222,81 millones de euros «pero que sería a largo plazo, si la evolución de los tráficos lo aconsejara». Según explicaba Bonig esta semana a Levante-EMV, se trata de sugerir varios escenarios que sean «asumibles» en la actual situación de crisis y no plantear inversiones imposibles de ejecutar. Como el corredor de altas prestaciones (ancho europeo y alta velocidad) que presentó en 2009 el ministro de Fomento, José Blanco, y que planeaba alternativas con túneles para atravesar la Serra d’Espadà. Unas obras que ahora serían imposibles de ejecutar. La nueva línea habría permitido viajar entre Valencia y Bilbao en cuatro horas (ahora se tardan 9) pero a costa de invertir alrededor de 10.000 millones de euros. Una utopía en los tiempos que corren.

Así que la Conselleria de Infraestructuras se ha puesto a hacer números y ha calculado que con una inversión mínima inicial de 42,81 millones de euros (7,80 millones en la Comunitat Valencia y 35,01 en Aragón), la línea Sagunt-Teruel-Zaragoza podría mejorarse para estimular el tráfico de mercancías.

Una línea sin electrificar

La antigua «Vía Churra» aún sigue sin electrificar, por lo que todos los trenes funcionan a diesel. El estado de los terraplenes y trincheras de la plataforma ferroviaria y la sinuosidad de la línea también obliga a limitar la velocidad (a 20 y 30 kilómetros por hora), sobre todo en la parte de Aragón. En el tramo entre Sagunt y Teruel (136,6 kilómetros) «la velocidad es de 53 kilómetros hora para los trenes de media distancia y de 28 kilómetros por hora para las mercancías», según admite la Conselleria de Infraestructuras en el documento de análisis para mejorar la línea, al que ha tenido acceso Levante-EMV.

Los principales problemas, según admite la conselleria, se plantean en el tramo de 176,7 kilómetros entre Teruel y la bifurcación de Teruel. «Aunque en el año 2007se realizó una fuerte inversión para adecuarlo a 200 kilómetros hora y cargas de 22,5 toneladas por eje, el Control de Tráfico Centralizado (CTC) no está operativo porque debe existir un sistema de comunicación tren-tierra (radiotelefonía entre los trenes y el puesto de mando), pero no está operativo». Una situación que «limita mucho la capacidad de la línea porque, al no tener CTC se opera con personal en las estaciones, no se trabaja en horario nocturno —lo que resta 8 horas de operatividad a la línea— y obliga a que coexistan la explotación de mercancías y viajeros». Al parecer, Adif (responsable de la infraestructura ferroviaria) ya tenía previsto instalar en 2013 el CTC en el tramo Teruel-bifurcación «con una inversión estimada de 2,4 millones» lo que ya permitiría «el telemando, la circulación durante 24 horas y que los trenes pueda circular con un sólo maquinista».

Mejora de terraplenes y trincheras

Mediante una segunda inversión de 32,6 millones se intervendría en el «estado de terraplenes y trincheras» para aumentar hasta «22,5 toneladas por eje la capacidad de carga de la plataforma ferroviaria y eliminar las limitaciones de velocidad».

En una tercera fase, la Conselleria de Infraestructuras sugiere ir adecuando puestos de adelantamiento y estacionamiento de trenes (PAET) aptos para trenes de 750 metros (se identifican siete estaciones susceptibles de albergarlos). «La línea actual permite circulaciones de mercancías de hasta 450 metros, pero debido a la existencia de cantones muy largos, los tiempos de permanencia en las vías de apartado son muy gravosos», reconocen desde el departamento que dirige Isabel Bonig.

En última instancia, si la evolución de los tráficos lo aconsejara, Infraestructuras plantea electrificar la línea (que calculan tendría un coste de 180 millones de euros) y «se debería de plantear la modificación de la conexión en la estación de Sagunt».