El exjefe de Cooperación Marc Llinares, para el que el fiscal pide ocho años de cárcel, defendió ayer al exconseller Rafael Blasco y se escudó en sus inferiores que no están imputados para justificar las irregularidades. El fiscal considera que Llinares forma parte del núcleo duro de la trama junto a Tauroni y Blasco. Llinares insistió en que no trabajó al dictado del empresario encarcelado y negó haberle alquilado un piso por 2.500 euros a pesar de los documentos que mostró el viernes el fiscal.

Marc Llinares se negó a contestar a las preguntas de la Fiscalía y del resto de acusaciones. Llinares, según el fiscal, es el enlace de Tauroni en la conselleria y la persona que supuestamente le facilitó la información sobre cómo optar a las ayudas.

El procesado apuntó que no tiene una relación de amistad con Blasco y que el exconseller nunca le dio instrucciones para cometer las irregularidades. El procesado añadió que su intervención se limitó al cierre formal del expediente porque «circunstancialmente no había jefe de servicio».

El procesado, que tenía a su cargo 30 personas, precisó que en la conselleria hubo una «preocupación generalizada» cuando el escándalo salió en prensa. El acusado declaró que inicialmente no se creyó el «marronazo» que a su juicio supuso la compra de los cuatro inmuebles en Valencia a nombre de la Fundación Cyes. Llinares admitió que Cyes no podía ponerse los pisos a su nombre, pero reiteró: «El circuito de comprobación terminaba en el servicio técnico. En mí, jefe de área, no. Yo no tenía ni idea ni podía ayudar».

Las acusaciones mantienen que el procesado guardó los expedientes para que no transcediera el fraude de las subvenciones a la Fundación Cyes. Llinares aseguró: «Pedí todos los expedientes de la convocatoria de grandes proyectos porque quería tener el control absoluto del acceso a esos expedientes. El que quiere lo pide, se le da y lo devuelve. Así hay un control de visualización».