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Una anciana cuida en Chiva la tumba del aviador galo de «Sierra de Teruel»

Carmen García trabajó en el aeródromo republicano de 'La Señera' en el que lucharon el hijo de Negrín y André Malraux

La memoria del aeródromo repúblicano «La Señera» de Chiva.El PSPV rindió ayer homenaje a los aviadores del nicho que cuida Carmen García, a la derecha junto a la nieta de Negrín.Rómulo Negrín, junto a su «chato» en el aeródromo de Alcublas, donde combatió después de su paso por «La Señera».André Malraux, al que la República nombró teniente coronel, junto a un piloto de su escuadra de bombarderos, y el ametrallador Jean Bélaïdi.

A sus 92 años, Carmen García Valdés, sigue cuidando y llevando flores a la tumba de un aviador francés de la República que yace en un nicho olvidado del cementerio de Chiva. Carmen, que tenía 15 años cuando estalló la Guerra Civil, trabajó durante la contienda en la cocina del aeródromo republicano de «La Señera».

En esta base de Chiva, que ocupaba unos terrenos de la sociedad agrícola belga REVA casi a la altura del Circuito de Cheste pero en la margen derecha de la autovía A3 en sentido Valencia, estuvieron destacados pilotos como Rómulo Negrín, hijo del Jefe de Gobierno de la República, o la escuadrilla de bombarderos España que lideraba el novelista, aventurero y político francés André Malraux.

Carmen, que durante la guerra militaba en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) de Santiago Carrillo, compartió penas y alegrías con los aviadores de la «Señera». Por eso, cuando supo hace 8 años que aquel nicho abandonado era de uno de los aviadores, le dio lástima y empezó a cuidarlo. «Yo misma enlucí con yeso los ladrillos de la "casica" y repase con una tiza azul el nombre que casi no se leía del fallecido».

La agrupación socialista de Chiva, con la ayuda de la Secretaría para la Memoria Histórica del PSPV que dirige Matías Alonso, ha descubierto que el nicho que cuida Carmen es el del mecánico y ametrallado Jean Bélaïdi, nacido en la Argelia francesa y amigo de Malraux.

Bélaïdi murió en diciembre de 1936, cuando el bombardero en el serví como ametrallador de cola acabó estrellándose sobre las montañas nevadas de Valdelinares en un combate con tres cazas franquistas. Su rescate inspiró la novela «L'Espoir» (La Esperanza) de Malraux y su posterior película «Sierra de Teruel». Además, el nicho también guarda el cuerpo de otro aviador galo François Allot, fallecido en marzo de 1937.

Ambos aviadores fueron homenajeados ayer en Chiva en un acto organizado por el PSPV en el que participó Carmen Negrín, hija de Rómulo.

La nieta de Juan Negrín pudo conocer de boca de Carmen García muchas de las anécdotas vividas por su padre en «La Señera». «El hijo de Negrín era muy bromista», cuenta. «Los pilotos, cuando regresaban todos con vida de una misión venían al comedor muy alegres, pero un día todo era silencio. Volvieron muy serios, y nadie quería comer». Luego se enteró que habían derribado a Rómulo en el frente de Teruel. «Al cabo de unos días, cuando lo rescataron y volvió a La Señera con toda la cara arañada, me contó que se salvó porque cayó sobre un árbol. Tardaron en encontrarle porque el pensaba que estaba tras las líneas enemigas y cada vez que se acercaba alguien se escondía».

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