Es la historia del cine de Massarrojos y la ha recuperado Ethel Roca Ferrer, de 11 años, con la ayuda de su familia y sus maestros del colegio público José Senent de esta pedanía de Valencia. Pero podría ser perfectamente el relato de todos aquellos cines rurales que eclosionaron pasada la posguerra y fueron languideciendo al más puro estilo Cinema Paradiso para permanecer únicamente en la memoria nostálgica de los más viejos. Ayer, la historia de ese cine de Massarrojos, construido en 1953 con el dinero y el esfuerzo del pueblo entero, que al año siguiente se estrenó con Bill, qué grande eres de John Ford y que enmudeció para siempre en el año 1987 con la proyección de Loca academia de policía, fue premiada por el Ministerio de Cultura. La pequeña Ethel recogió ayer en Madrid el Premio de Historia de la Cinematografía con el trabajo En mi pueblo hay un cine, un documental periodístico escrito y audiovisual que pone de manifiesto «la pérdida que supone la desaparición de las salas de cine en el ámbito rural, realzando la contribución de éstas como vertebradoras de espacios y puntos de encuentro social y cultural».

Éste es el resumen oficial. Es cierto, pero sin el corazón que aporta el trabajo de la pequeña Ethel, que recrea «los ecos del pataleo del público en el primitivo suelo de madera mientras se visionaba una persecución o se celebraba la muerte del malo de la película».

El documental galardonado entrevista a los personajes clave de aquella aventura del celuloide que animó a todo un pueblo de mil habitantes. Desde Enrique Granell Sepúlveda, el operador de cámara que manejaba el proyector la vieja OSSA 60A aún conservada hasta la historia de Clemente Ramón, el vecino del pueblo que recogía las sacas con las películas en Valencia capital para emitir en sesión continua sábados y domingos.

También hablan Pepica Ibáñez, Amparo Alòs y Amparín Granell, tres taquilleras del cine que a su vez rememoran a José Sanz, uno de los aposentadores del local. Éxitos como La Violetera quedaron sepultados con el tiempo por la televisión y el vídeo. En 1987 el cine cerró. Ahora el edificio lo utiliza la banda de música. Hace 27 años que no se proyecta una película. Pero ya están preparando la guinda de la fiesta: que el documental de Ethel Roca sea proyectado allí y los vecinos de Massarrojos regresen al pasado para ir, una vez más, al cine del poble.