Regantes y ecologistas recelan de las dotaciones de agua previstas en el Plan Hidrológico del Júcar (PHJ) para la Albufera, cuya recuperación efectiva está comprometida, según aseguran, por la cuantía y calidad de los recursos hídricos asignados a la principal zona húmeda de la Comunidad Valenciana y que dependen del tratamiento final que reciba el regadío tradicional en el Júcar y el trasvase Júcar-Vinalopó. Fuentes del sector confirmaron a Levante-EMV que el PHJ está redactado y que el Gobierno tiene previsto entregar a las partes la próxima semana un borrador, que podría recibir su aprobación definitiva en marzo.

Asociaciones como AE-Agró, daban a conocer ayer su opinión sobre el polémico documento que determinará el futuro del río Júcar y de la Albufera en los próximos años. El grupo se muestra muy crítico por el no reconocimiento oficial de algunos humedales y lamenta que el PHJ no fije un caudal suficiente y de calidad para el «buen estado» de las aguas de la Albufera, una crítica que comparte con los regantes, grupos como Xùquer Viu y la fundación Nueva Cultura del Agua, así como los partidos de oposición: PSPV, Compromís y Esquerra Unida.

En la tradicional «Suelta del agua» celebrada por la Comunidad de Regantes de Sueca», la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Maria Angels Ureña, avanzó que el plan incorporaba muchas de las alegaciones de regantes y ecologistas, aunque advirtió también que el plan «no iba a contentar a todos».

Ureña anticipó que el polémico trasvase Júcar-Vinalopó mantiene «el mismo tratamiento» que el de 1998 mientras el presidente de los regantes José Pascual Fortea advirtió sobre la ruptura del consenso si se plantea una segunda toma para el trasvase.