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Un estudio detecta plaguicidas en la orina de niños valencianos por debajo del nivel de riesgo

Los investigadores sugieren monitorizar la acumulación de estas sustancias en el cuerpo

Un estudio realizado por investigadores del área de Seguridad Alimentaria de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio) ha confirmado la presencia de plaguicidas en la orina de niños valencianos de entre 6 y 11 años.

«Aunque provisionales, y no extrapolables a toda la población infantil, los niveles de plaguicidas son similares a los encontrados en USA, Alemania y Canadá, y no parecen especialmente relevantes en términos de impactos en la salud», matizó al respecto Vicent Yusá, uno de los coautores del trabajo publicado por la revista «Environment Research».

Sin embargo, Yusá, profesor asociado del Departamento de Química en la Universitat de València y jefe de área de Seguridad Alimentaria en Fisabio, de la Generalitat Valenciana, sostiene que los bajos niveles detectados «no significan necesariamente que el uso de plaguicidas en la Comunidad Valenciana, con una actividad agrícola intensiva en sus aplicación, no ofrezca riesgos para la salud».

«La población general está expuesta a plaguicidas principalmente a través de la dieta (productos vegetales), y en menor medida por la bebida de agua y la inhalación del aire ambiente. Si la ingesta de cada plaguicida no supera el umbral de seguridad especifico de cada sustancia (la ingesta diaria admisible), no existe riesgo para la salud a largo plazo», destacó Yusá.

«Naturalmente una evaluación del riesgo de los plaguicidas comporta un estudio conjunto de las diferentes vías de exposición (alimentos, agua, aire), así como un análisis del riesgo acumulado de los diferentes plaguicidas. Aun teniendo en cuenta estos factores, no parece que en estos momentos el uso intensivo de plaguicidas en la agricultura valenciana tenga un impacto negativo en la salud de la población, aunque hay que seguir de cerca su evolución y ampliar no sólo la vigilancia ambiental sino también los programas de control de la presencia de estas sustancias en el cuerpo humano», añade el profesor Vicent Yusá.

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