El colegio público Ciutat de Cremona de Alaquàs, tras 37 días de encierro de los padres en sus barracones, se ha convertido en la «aldea gala» contra la supresión de 128 unidades de Educación Infantil, 40 de ellas para niños de tres años, que ha decretado la Conselleria de Educación para el próximo curso en la escuela pública debido a la caída de la natalidad. El ejemplo del Cremona ha empezado a cundir de la mano de la plataforma «Prou!» que dice «basta a los ataques a la educación pública». Este lunes se sumaban a los encierros las familias de los colegios Bonavista y Martínez Valls de Ontinyent, mientras que en el Ramiro Jover de Valencia se organizaba una asamblea nocturna para organizar un encierro permanente. En los colegios de la capital de la Vall d'Albaida cada noche se turnan 25 padres con sus hijos para cenar y dormir en el centro después de una tarde de actividades y asambleas.

Estos tres colegios pierden cada uno un aula de 3 años de enseñanza en valenciano. La clausura de este nivel inicial supone la condena a muerte de la línea en 9 cursos (tres de Infantil y 6 de Primaria) al cortar de raíz el ingreso de alumnos. En el Cremona, además, se aboca al cierre a este centro de 500 alumnos compuesto por barracones desde hace 8 años al suprimir la única aula de 3 años que le quedaba (el curso pasado perdieron dos). Los padres denuncian que la medida no se justifica por la natalidad, pues hay 28 niños con hermanos en el centro que tienen derecho a escolarizarse en el Cremona, sino porque Educación se ahorra así tener que construir un colegio nuevo.