Los jueces Pilar de la Oliva, Antonio Ferrer y Juan Climent han llegado a la conclusión de que la trama causó un grave perjuicio a la cooperación. El apartado de hechos probados de la sentencia destaca, a modo de conclusión, que Tauroni se concertó con Blasco, con quien mantenía una relación anterior, con el fin de lograr que le fueran concendidas las subvenciones a la Fundación Cyes a pesar de que no reunía los requisitos necesarios ni su solicitud respondía a un proyecto real.

Tauroni obtuvo de la Fundación Cyes una comisión del 25 % a cambio de esa labor de intermediación "sin que conste bien determinado" que tipo de compensación recibirían Blasco y sus colaboradores. La misma fundación obtuvo una subvención global por cinco proyectos de 1.827.840 euros, "lo que indudablemente ha causado un grave perjuicio al servicio, no solo por lo elevado del importe que se ha desviado de su destino natural al desarrollo y la cooperación destinteresada de los menos favorecidos sino que para ello Blasco se ha aprovechado de una estructura administrativa de por sí desorganizada, la cual lejos de ordenar ha pervertido en aras a la consecución de sus propósitos".

Presiones a los técnicos

Una de las claves del caso han sido las declaraciones de los técnicos que se opusieron a conceder la subvención a la Fundación Cyes porque no cumplía los requisitos. Blasco se reunió con ellos para que modificaran sus conclusiones, sosteniendo que él era "el máximo intérprete de las bases y que él afirmaba que contaba con esa experiencia que le negaban, que confiaran en su palabra de la misma manera en la que él había confiado en ellos pese a que no se tenía buen concepto de su trabajo".

Como no variaron de opinión, los mandó a un despacho a recapacitar y, tras unos momentos, fueron convocados de nuevo por Tina Sanjuán. Como tampoco cedían, Blasco "visiblemente enfadado les dijo si siempre habían sido tan rigurosos, que lo iba a comprobar personalmente, pidiendo a continuación que le subieran a su despacho todos sus expedientes".

Al final, por la presión a la que fueran sometidos, decidieron redactar un acta admitiendo a la Fundación Cyes, con la condición de que la retendría uno de ellos a la espera de comprobar la aportación de la documentación complementaria que, según manifestó Blasco, estaba pendiente de remitir la Fundación Cyes.