La sentencia tendrá un damnificado involuntario, la ayuda al tercer mundo. Mònica Oltra (Compromís) hizo, por así decirlo, la pregunta del millón [en realidad, la de los 1,6 millones, de los que solo llegaron a Nicaragua 48.000 euros]. «¿Pueden comprometerse a que cuando se recupere el dinero vaya donde tenía que haber ido desde el principio, a la Cooperación a través de las ONG honradas?», inquirió. Le respondió por delegación de Fabra el vicepresidente José Císcar, quien no se comprometió a ello. El Consell «es sensible a las políticas de Cooperación», dijo, para agregar: «A partir de ahí, siempre que se pueda iremos incrementando las ayudas a cooperación».

El síndic socialista, Antonio Torres, recordó a Fabra que los socialistas ya pidieron en 2002 responsabilidades a Blasco «por la adjudicación del centro mujer 24 horas a empresas dormidas de Tauroni», condenado también en el caso Cooperación, así como sobre la adjudicación de plazas de la tercera edad. Sin embargo, ni el PP ni el Consell «reaccionaron» porque, dijo, son «cómplices de Blasco». Fabra lo quitó de su Consell pero, recordó Torres, lo mantuvo como portavoz en las Corts hasta su defenestración a medida que avanzaba el caso judicial.

«Pídale el escaño a Camps»

El síndic de Compromís, Enric Morera, denunció que el caso «no es aislado» y se preguntó «quién está detrás de Brugal, Nóos, Gürtel, la visita del Papa, de lo que ha pasado en RTVV». Para Morera, Camps es «la persona que está detrás de toda esta trama que nos ha arruinado». «Pídale el escaño a Camps, que ayer [por el miércoles] vino a reírse de estas Corts proclamando la inocencia de Blasco», lo emplazó.

Císcar defendió que el Consell «actuó como tenía que actuar» y la sentencia «en ningún momento dice que la Generalitat sea corresponsable o cómplice de Blasco». Además, aseguró que seguirán «hasta el final, hasta recuperar el último euro indebidamente sustraído».