La prueba de la selectividad se estructura en dos fases: una primera 'general' y otra 'específica'. La primera de ellas es obligatoria para todos y consta de cinco ejercicios sobre las materias comunes del segundo curso de Bachillerato (Castellano, Valenciano, Historia de España o Historia de la Filosofía, lengua extranjera), así como de una de las asignaturas de modalidad, elegida previamente por el alumno.

La segunda parte, la 'específica', tiene carácter voluntario y se realiza sobre las materias de modalidad de 2º de Bachillerato diferentes de la de la fase 'general' que elija el alumno en el momento de matricularse en las pruebas de acceso, aunque no las haya cursado.

Esta fase permitirá al estudiante incrementar su puntuación hasta en cuatro puntos, por lo que la calificación máxima para acceder a los diferentes grados será de 14 puntos, en vez de 10 como hasta 2009. Para poder puntuar en la fase 'específica' el alumno deberá obtener al menos un 5 en la materia.

La validez de los resultados de la fase 'general' es indefinida. De esta forma, el alumnado que supere la fase general y quiera presentarse en sucesivas convocatorias, así como el que hubiera superado la prueba de acceso en 2013 o antes, podrá examinarse únicamente de la fase 'específica' para acceder a cada titulación universitaria. Esta última tiene validez para el acceso a la universidad de los dos cursos académicos siguientes.