La mañana arrancó con elogios mutuos, pero terminó a tortazo dialéctico limpio. La conferencia ofrecida ayer en el Fórum Europa por el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues y con el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Beteta, como presentador, evidenció una vez más la distancia que separa al Gobierno central y al Consell a la hora de abordar dos asuntos claves para la supervivencia de la Generalitat: el cambio en el modelo de financiación y los ajustes para cumplir con el déficit público. Quedó claro que Rajoy no asume la reivindicación del presidente Fabra de que el nuevo modelo esté en vigor en 2015 y que el ministerio de Hacienda está dispuesto a cobrarse con algo más que con intereses los 5.150 millones que la Comunitat Valenciana dispondrá en 2014 gracias al Fondo de Liquidez Autonómica.

Beteta hizo bueno aquello de quien paga manda y advirtió de que el Consell tendrá que seguir recortando en gasto social: «Valencia todavía tiene donde recortar y el conseller sabe dónde», soltó el número dos de Hacienda. «Sabe que no en todos los servicios públicos, ni en todos los conceptos, según sus propios estudios es el más eficiente», prosiguió. Y añadió: «El Consell tiene «recorrido en su plan de ajuste y así se lo hemos dicho, se lo reiteramos y se lo vamos a exigir». Beteta se refirió también al cambio del modelo: «Mientras no haya más recaudación no hay un sistema de financiación que pueda ser asumible por el conjunto de las comunidades; mientras no crezca la tarta económica, cualquier cambio traería insuficientes recursos». No puso plazos para ese momento: «Si lo supiera», añadio, no sería alto cargo sino «profeta».

Beteta, quien se ha convertido en el azote del Consell, lanzó su misil una vez terminado el acto en declaraciones a los periodistas.

La diferencia de posturas ya se había intuido durante la conferencia, ya que el números dos de Montoro, pese a que alabó los esfuerzos del Consell en apretarse el cinturón, avisó de que el «el esfuerzo debe mantenerse» hacia el objetivo final de cumplir el déficit. Este año el Consell debe cerrar con un tope del 1% con lo que, como cerró 2013 con un desfase del 2,33%, debería recortar en unos 1.300 millones. Ante los periodistas, Beteta aclaró que no se trataba de una indicación, sino de una exigencia y vinculó la llegada de más dinero con los recortes: «Este esfuerzo va a ir acompañado de mecanismos de liquidez si es preciso, pero siempre y cuando siga avanzando en los ajustes requeridos desde el Gobierno», remató.

Moragues, quien ya durante su conferencia había elevado el tono reivindicativo, tampoco se mordió la lengua. Preguntado por los periodistas fue tajante: «Educación, Sanidad y Bienestar Social son áreas en las que «no vamos a ajustar ni recortar» porque son servicios básicos que se tienen que prestar «con unos estándares de calidad adecuados». Visiblemente contrariado, añadió que la reducción del déficit tiene que venir por la vía de los ingresos «especialmente extraordinarios», porque en los servicios básicos «hemos tocado hueso» y son «líneas rojas que no queremos traspasar». «Son intocables», remachó. Ante las evidentes discrepancias, Moragues apeló al «autogobierno». «Sin ingresos extraordinarios es imposible cumplir el déficit», aseveró. Al plante de Moragues se sumó más tarde el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, quien se preguntó dónde está el margen para el recorte. «Desde luego en Sanidad no está. La conselleria de Sanidad es la más eficiente de España». «Lo que tenemos que hablar con Beteta es de cómo conseguir una financiación adecuada», asestó.

El rifirrafe entre Moragues y Beteta arruinó un acto con el que Hacienda buscaba lanzar el mensaje de que existe sintonía con el Gobierno central y que el Consell de Fabra es firme a la hora de reivindicar un nuevo modelo de financiacion que acabe con el maltrato. De hecho, según admitieron fuentes del Consell, se pensó en invitar al ministro Montoro. Moragues se había trabajado a conciencia una intervención para argumentar su queja por el maltrato financiero y su exigencia de cambio: «Nosotros hemos hecho los deberes, ahora que les toca hacerlos a otro», dijo.

La conselleria logró congregar en la sala del hotel donde se celebró el acto, además de las caras de siempre ( autoridades y cargos públicos) a empresarios, sindicatos y representantes de colectivos afectados por los impagos, como las farmacias y los dependientes. El público regaló de manera espontánea a Moragues una ovación cuando proclamó que la discriminación financiera no era una cosa del Consell ni de las siglas sino de toda la sociedad valenciana. Beteta se sumó sin ganas al aplauso.

Factura fiscal y Cataluña

Por otro lado, durante la conferencia Moragues se mostró partidario de la factura fiscal para el ciudadano sepa «lo que paga de sus impuestos y lo que recibe a cambio». También vinculó «en alguna medida» la llegada de inversores a la Comunitat Valenciana al proceso soberanista en Cataluña.