Nadie parece interesado en declararse abiertamente la guerra por la libertad de horarios comerciales en Alfafar, aunque el asunto parece abocado a dirimirse en los tribunales a tenor del enrrocamiento que mantienen tanto Ikea, como el ayuntamiento y el Consell, que estudia dar permiso a la multinacional para abrir los domingos pese a que el alcalde se lo niega. Tal vez por eso, la directora general de Ikea Ibérica, Belén Frau, tendió el martes la mano al mandatario local, Juan Ramón Adsuara, durante la visita institucional previa a la inauguración de la tienda.

Según el alcalde, la ejecutiva le transmitió verbalmente su interés en negociar con el consistorio la libertad de horarios comerciales. «Después de verano, tendríamos que sentarnos y hablar del tema para debatirlo y madurarlo», asegura que le dijo. Adsuara no le puso pegas, pero volvió a reivindicar la postura que mantiene desde el 15 de mayo, cuando retiró la petición de apertura estacional que diez días antes había presentado ante la Conselleria de Comercio y que, precisamente, es a lo que ahora se acoge la multinacional para exigir la liberalización horaria. «Me parece bien que nos sentemos a hablar afirma el mandatario de Alfafar, pero deben estar todas las partes: empresas, trabajadores, comercios y alcaldes afectados, porque hay que oír todas las voces».

Por otra parte, asociaciones comerciales y empresariales de la Comunitat Valenciana presentaron ayer en el registro de entrada municipal de Alfafar sus estudios sobre el «escaso impacto» económico y laboral de la apertura en domingos. «Nos los han facilitado para que sirvan de apoyo en caso de tener que responder a las alegaciones de Ikea», dice Adsuara.

Mientras tanto, los mandatarios de Xirivella y Aldaia, que también cuentan con centros comerciales en su término, descartaron ayer poder verse en la misma situación de Alfafar porque «nunca hemos dado el paso de solicitar la apertura dominical».