El presidente de las Corts, Juan Cotino, no ha pisado la línea roja del presidente Alberto Fabra contra la corrupción, una circunstancia que le obligaría sin más remedio a dejar su cargo. Aunque son varios los escándalos de corrupción que le salpican, no está imputado en ninguna causa, al menos de momento. Sin embargo, en el entorno del Palau del Generalitat se le considera una persona tóxica para la nueva imagen que quiere proyectar el PPCV y el presidente respiraría aliviado si diera el paso de marcharse. La portavoz del Consell, María José Català, evidenció ayer esta situación cuando, a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell, aseguró que si ella estuviera en la situación de Cotino pondría su cargo a disposición del presidente Fabra.

Antes de pronunciarse en estos términos, Català trató de poner parches a la complicada situación en la que se encuentra Cotino desde hace tiempo y que además se ha visto agravada por el escándalo de Vaersa. El exdirector general de la empresas, Felipe Espinosa, lo ha implicado en las irregularidades que investiga una jueza. No es el único asunto turbio que salpica al otrora vicepresidente del Consell y titular con Francisco Camps de varias conselleries. El nombre de Cotino está en el ojo del huracán desde hace tiempo por las conversaciones entre su sobrino y el empresario Enrique Ortiz dentro de la causa de Brugal. Además, Cotino también está en el punto de mira en la pieza de Gürtel que investiga las contrataciones en RTVV con motivo de la visita del Papa.

Català hizo hincapié en que Cotino actualmente no está imputado en ninguna causa. La consellera, considerada además una persona cercana al círculo cristiano del PPCV y Cotino, defendió que el presidente de las Corts ha declarado en calidad de testigo en el caso Emarsa y por los pagos en negro a Bárcenas y que también ha dado explicaciones ante la comisión del Estatuto del Diputado. Insistió también en que las conversaciones telefónicas de Brugal que están saliendo a la luz figuran en la causa hace años y Cotino no ha sido imputado. «Nosotros respetamos los procesos judiciales, y en este momento, insisto, el presidente de les Corts no está imputado», si bien también reiteró que «en sus circunstancias» pondría el cargo a disposición de Fabra. En Alicante, preguntada al respecto la número dos del PPCV, Isabel Bonig, respaldó el punto de vista de Català. «Haría exactamente lo mismo», sentenció. Las palabras de Bonig inciden más en la presión a Cotino para que renuncie aunque no resulte imputado, un gesto que Fabra no le ha pedido directamente al presidente, aunque ambos hablan con cierta regularidad.

Cotino tiene asumido que si lo imputan tendrá que irse, pero algunos círculos en el PP aseguraban ayer que el expresidente podría dar el paso antes para aliviar la presión. El expresidente de las Corts ya renunció hace unos meses a la exclusividad en la institución para poder dedicarse a sus negocios en el sector agrario.