La batalla de las primarias para designar a los candidatos de UPyD en las próximas elecciones autonómicas y municipales en la C. Valenciana no está prevista hasta otoño pero el diputado nacional por Valencia, Toni Cantó, ya ha abierto el 'melón' al manifestar públicamente su predisposición a presentarse a las elecciones internas para encabezar la lista de la formación magenta para la presidencia de la Generalitat o el Ayuntamiento de Valencia. Cantó aseguró hace días que ser candidato en Valencia es «un reto» que le «ilusiona», para añadir que eso «lo tienen que decidir los afiliados». El amago de anuncio de que concurrirá a las primarias ha causado malestar en sectores de la formación de Rosa Díez en la Comunitat, que recuerdan que en las primarias para elegir al coordinador territorial de la C. Valenciana el actor lanzó un órdago: Si no ganaba los comicios internos tampoco sería candidato.
La presión no surtió efecto y las bases otorgaron su respaldo a Alexis Marí. Eso fue en febrero pero ahora, cuatro meses después, Cantó se inclina, en contra de su compromiso, por concurrir al proceso. Un cambio de criterio que responsables del partido atribuyen a que las expectativas de continuar en Madrid se le habrían complicado. En el proceso, lo lógico es que Cantó acabara peleando contra los candidatos naturales, el citado Marí para la Generalitat y el coordinador de Valencia, Eduardo Gómez.
«Acreditación» como de diputado
Por otro lado, Marí ha registrado una petición al presidente de las Corts, Juan Cotino, para que le conceda tres «pases» de forma «permanente» para las sesiones de las Corts hasta el final de la legislatura, con el fin de evitarse los trámites que hay que cumplimentar cada vez que él y otro miembro de la dirección acuden a la Cámara. Las encuestas dan a UPyD varios diputados en las próximas elecciones de mayo de 2015 y miembros del partido acuden todas las semanas a los plenos o comisiones para ir familiarizándose con la institución.
En su escrito, refiere que cada vez que van hay que comunicarlo con 48 horas, especificando sesión y motivo. Una burocracia que, dada la asiduidad semanal con la que asisten, se evitaría con pases permanentes. A modo de acreditaciones de diputados y prensa.
