La expulsión de la portavoz adjunta de Compromís, Mònica Oltra, el pasado 8 de mayo, así como la posterior decisión del rodillo del PP en las Corts de sancionarla durante un mes fuera del hemiciclo, va camino de convertirse en un símbolo de la izquierda contra «el abuso de poder del PP». Casi un proceso de canonización de la mediática diputada, que podría ser la candidata de Compromís en las autonómicas de 2015.

Las numerosas muestras de apoyo se han concretado en una web y un manifiesto impulsado por el catedrático de Geografía y exlíder del PSPV Joan Romero, y el también profesor Manuel Alcaraz, ex de Esquerra Unida, hoy en Compromís. Ellos serían los postuladores de la causa de Oltra. Pero tiene más apoyos, con firmas que recorren toda la sociedad civil (exrectores de la UV, como Ramón Lapiedra o Pedro Ruiz), la abogada Cristina Almeida, el teólogo Juan José Tamayo, el escritor Ferran Torrent y varias decenas más de referentes en todos los campos en España y la C. Valenciana. Entre ellos también, curiosamente, históricos del PSPV, a quien Oltra ha ido reduciendo el espacio electoral en los últimos años. Además de Romero, el alicantino Josep Bevià, exvicepresidente del Congreso; el exconseller con Lerma, Joaquim Azagra, o incluso el concejal madrileño Pedro Zerolo.

Junto con el manifiesto, una web recoge adhesiones y los vídeos de los sucesos del pasado 8 de mayo. El presidente de la cámara, Juan Cotino, expulsó a Oltra, pero la diputada se negó a abandonar su escaño alegando que no había escuchado una amonestación, de modo que finalmente se suspendió la sesión. Era la segunda vez que la colíder de Compromís era expulsada. En la primera ocasión también se produjo en víspera de unas elecciones.

Ayer, durante la presentación de la web y el manifiesto, la diputada se mostró «emocionada y agradecida» por esta «presentación de lujo» en la que, a su parecer, «se ha demostrado que el manifiesto es un 'no' al abuso de poder», ya que lo han firmado todas aquellas personas «que han entendido que un representante no puede ser apartado de la vida pública por una mayoría que abusa del poder y encima, corrupta».

«Es muy importante que la iniciativa trascienda de la sanción y de las siglas de partido porque aquí se habla de política y de democracia». «Para mí es un honor estar defendiendo en este momento una democracia de todos, donde todas las maneras de pensar, de sentir y de votar tienen que tener cabida y tienen que ser tratadas con respeto y dignidad», indicó.

Los impulsores reclamaron a los ciudadanos, «sean de la ideología que sean», que firmen este texto «que habla de democracia». El texto manifiesta la «perplejidad y claro rechazo» a la expulsión, que «pone de relieve el abuso de poder que ha sido la constante del PP». «La arbitrariedad de la decisión se hace más evidente porque contrasta con la insoportable situación de un órgano parlamentario degradado por el PP, por el absentismo de sus dirigentes, y poblado durante años por parlamentarias y parlamentarios imputados y sometidos a gravísimas sospechas de corrupción», añade.

Además, pone el foco en Juan Cotino, presidente de la cámara. «Hay indicios racionales para entender que en el origen del castigo hay elementos de carácter personal por parte del presidente de las Corts». «Que ante este panorama sea sancionada una diputada que, precisamente, se ha destacado por denunciar la corrupción y el derroche, es clamorosamente contradictorio con la práctica de un parlamento democrático», concluye.