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Libertad horaria

Con la competencia al lado

Los centros comerciales ven cómo se les escapan los clientes en beneficio de la vecina ciudad de Valencia

Con la competencia al lado

La guerra de la apertura dominical se libra desde enero de 2013 en l'Horta por la cercanía de sus centros comerciales con la ciudad de Valencia, primer término en autorizar de manera permanente la libertad de horarios comerciales bajo el paraguas de la Zona de Gran Afluencia Turística.

El espejo en el que muchos alcaldes se miran estos días

El parque comercial de Alfafar, Sedaví y Massanassa, con toda seguridad el más potente de la Comunitat Valenciana, fue el primero en alzar la voz contra lo que consideraba una «injusticia». Las grandes superficies aseguraban «no estar interesadas en abrir los domingos y festivos» pero, dado que los operadores de Valencia podían levantar la persiana esos días, reclamaron desde un primer momento «el mismo derecho» para estar «en igualdad de condiciones».

Pese a que algunos consistorios no vieron con malos ojos sus reivindicaciones, las numerosas protestas que entonces protagonizaron los colectivos de trabajadores y las asociaciones del pequeño comercio local pronto los hicieron rectificar y situarse contra la apertura dominical. Lo hacían, aseguraban los mandatarios, en aras de «facilitar la convivencia ciudadana y la conciliación laboral y familiar».

Mientras, Ikea, el gran motor económico que Valencia esperaba desde hacía más de una década, avanzaba a pasos agigantados en la construcción de su primera tienda en Alfafar, y los grandes operadores comerciales cambiaban de estrategia y llamaban discretamente a las puertas del Consell y de algunos ayuntamientos en busca de la ansiada libertad horaria.

Para defenderla, argumentaron pérdidas de facturación y deslizaron posibles recortes en sus plantillas si el volumen de negocio seguía cuesta abajo en beneficio de los operadores asentados en la vecina Valencia. Al mismo tiempo, pusieron al alcance de los políticos el caramelo más ansiado en estos tiempos de crisis: la posibilidad de crear empleo si abrían en festivo.

Alfafar, cuyo alcalde se ha erigido estos días (voluntaria o involuntariamente) en el David que lucha contra el Goliat del Consell, participó gustoso de esa campaña en defensa de la libertad horaria, convencido de que la medida no podría sino atraer riqueza al municipio y trabajo a sus vecinos. El mandatario se reunió con las grandes superficies hasta arrancarles el compromiso verbal de unos aumentos de plantilla que «nunca» se vieron refrendados en papel mientras, por otra parte, crecían las protestas de trabajadores, comerciantes y vecinos, de cuyo lado acabó poniéndose para enfado de Ikea, que recurrió al Consell por los presuntos daños que esa decisión le provocaba. Ahora, ambos esperan la decisión autonómica.

La apertura, a pocas manzanas

El alcalde, Enrique Ortí, está entre dos fuegos: la presión que ejercen los pequeños comerciantes del casco urbano y las exigencias de los establecimientos ubicados en el Centro Comercial Gran Turia, pendiente, además, de una inversión de 65 millones anunciada por un fondo de capital holandés que, al parecer, condiciona la remodelación a una posible apertura dominical. El centro es, sin duda, el más afectado por las diferencias municipales de criterio a la hora de permitir la libertad horaria, ya que, aunque de manera física está en el casco urbano de Valencia, administrativamente depende de Xirivella y, encima, ha de competir con otro ubicado a pocas manzanas de distancia: el de Campanar, que sí abre en festivo.

La inmovilidad frente a los grandes operadores

El Centro Comercial Bonaire lo tiene crudo de momento. La alcaldesa, Carmen Jávega, no tiene ninguna intención de solicitar la declaración de Zona de Gran Afluencia Turística. Las grandes superficies «lo han pedido en muchas ocasiones, pero Aldaia tiene muy claro que no lo hará», defiende.

Con la libertad horaria estival en marcha y sin conflictos

Port Saplaya es zona turística, lo que le permite acceder a la apertura estacional para que sus comercios abran todo el verano y garantizar así el servicio a los turistas. De eso se ha aprovechado Alcampo, que ha pedido al Consell la libertad horaria y éste se la ha concedido sin consultar antes con Alboraia. En Paterna, Carrefour también abre todo el verano para asegurar la atención comercial a las urbanizaciones locales.

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