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Todas las grandes superficies están incluidas en las cuatro zonas de Valencia

Anged habla de beneficios y el pequeño comercio, que sigue sin abrir, presiona para volver atrás en el tema de los horarios

La ciudad de Valencia fue una de las primeras en sumarse a la declaración de zonas de afluencia turística y lo hizo de manera muy intensa, declarando cuatro amplios espacios de la ciudad donde, como denunciaron los pequeños comerciantes, están la práctica totalidad de las grandes superficies, partidarias históricamente de esta liberalización.

Esas cuatro zonas son el entorno del Jardín del Turia desde el puente del Nou d'Octubre hasta el de Astilleros, la Marina Real Juan Carlos I y sus accesos, Ciutat Vella con l'Eixample y el entorno del estadio del Levante UD.

Eso fue en enero del año pasado y desde entonces los resultados son buenos o malos según quien los interprete. Para la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que auna a las principales grandes superficies, el resultado es bueno y ha creado puestos de trabajo, pero el pequeño comercio, que de manera casi generalizada no se ha sumado a esta liberalización de horarios, asegura que la medida ha perjudicado sus negocios, ha distorsionado el mercado del área metropolitana y no ha creado empleo, por lo que reclaman una vuelta a los horarios anteriores, que permitían abrir únicamente ocho domingos al año.

Marginados

La declaración de zonas turísticas ha provocado también un profundo malestar en otras firmas que o bien se han quedado fuera o bien se sienten directamente perjudicadas o marginadas por esta decisión del municipio de Valencia, que es el único que cumple con los requisitos del Gobierno para adoptar este tipo de medidas.

Es el caso de Media Markt, que está en la Avenida Cortes Valencianas y ha solicitado, sin éxito, abrir todos los días del año argumentando su posición junto al Palacio de Congresos y el futuro estadio del Valencia CF.

También el del centro comercial Gran Turia, que metido prácticamente en el término municipal de Valencia no puede gozar de estos privilegios por estar en Xirivella. Se siente tan perjudicado que ha sugerido la suspensión de la inversión de 65 millones prevista para el próximo año si no se resuelve el tema de los horarios.

A pesar de las críticas, el Ayuntamiento de Valencia no se ha planteado una modificación de las zonas comerciales. Su esperanza es que algunas de estas zonas todavía puedan dar buenos resultados comerciales gracias a la liberalización de horarios e incluso emerger comercialmente en un momento económico crítico.

En la Marina Real, por ejemplo, se ha abierto un proceso para la adjudicación de locales que se ha visto claramente incentivado por el hecho de tener libertad de horarios, cosa que no tendría en otros puntos de la ciudad.

También existe el convencimiento de que esta medida aplicada en Valencia servirá para cambiar la legislación en otros lugares del entorno o de toda la Comunitat Valenciana, que es lo que el PP siempre ha defendido y ha amagado por la presión del pequeño comercio.

De hecho, la presión de las grandes superficies del entorno de Valencia ha sido fundamental para que la Generalitat Valenciana decida dar libertad a cada municipio para actuar según su criterio. Es un primer paso al que seguramente seguirán otros.

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