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Nuevos mayores, nuevas inquietudes

Un plan de la diputación recorre 161 pueblos con charlas para mayores sobre sexualidad, uniones de hecho, testamento, timos, tecnología o exceso de tareas

Nuevos mayores, nuevas inquietudes

Atrás quedó la abuela enlutada de riguroso negro que, más que vivir, estaba en el mundo desde que enviudaba hasta su muerte. De otra época parecen los abuelos con alergia a arrastrar un carrito de recién nacido ¡cosas de mujeres! y que medían con cuentagotas la manifestación de sus emociones. Los mayores han cambiado y su lugar en la sociedad ha sido resituado. También se han transformado sus inquietudes y así lo refleja el programa de actividades para mayores que la Diputación de Valencia acaba de poner en marcha en 161 ayuntamientos de la provincia, con un tota del 277 conferencias de una hora que explican a la tercera edad aspectos como «Vivir la sexualidad», «Nuevas formas de convivencia en pareja: las uniones de hecho», «La sucesión y el testamento», «Los timos y estafas más frecuentes», el fenómeno de los «Abuelos demasiado ocupados: el cuidado de los nietos», las «Nuevas tecnologías y la Tercera Edad» o el chute de autoestima que constituye la ponencia «Nosotros solos podemos hacer lo que nos propongamos».

Sexualidad en transición. Se trata de llevar a los pueblos algunos de un centenar de habitantes o menos la visión de los expertos sobre estos ámbitos que interesan a los nuevos mayores. «Ellos no son conscientes del valor que tienen en la sociedad. Damos un gran peso a la gente de entre 30 y 50 años, que parece que son los que mantienen al resto, pero los mayores tienen un papel importantísimo», opina la psicóloga María Ángeles Sánchez. Ella imparte una ponencia reivindicativa bajo el título «Somos necesarios para la sociedad». En ella explica la revolución del papel de la persona mayor. La mayor esperanza de vida, el acceso generalizado a las pensiones y a la asistencia sanitaria, el retraso en la entrada de los jóvenes en el mundo laboral, la incorporación masiva de la mujer al trabajo, la reducción del tamaño familiar, el cuidado de los nietos?

Son todo factores que han transformado la forma de envejecimiento. También en la sexualidad, otra de las charlas en la que ella ejerce de ponente. En este campo, advierte María Ángeles Sánchez, el cambio es más bien en transición. «Ellos se mueven en una dualidad: forman parte de una sociedad en la que no hay tanto prejuicio ni tabúes respecto a la sexualidad, pero al mismo tiempo se han criado en una época muy cerrada con mucha represión sobre la sexualidad en la que aquello que no era pecado era tabú. Aunque quieren abrirse y se nota, les cuesta mucho. Tal vez se logre cambiar en la siguiente generación», augura.

Aun así, ella no desiste. En las conferencias por los municipios, los mayores son bastante reacios a preguntar en público sobre esta materia y recurren más a comentarios picarones. Como aquel anciano de casi 90 años que el año pasado en Xàtiva desgranó sus proezas sexuales entre las risas del público, o como el murmullo que surge al subrayar la profesora que «a la mujer se le apaga más la chispa con la edad; por eso el hombre debe ayudar a que la mujer se anime y la mujer debe entender que el hombre tiene una naturaleza distinta». Aun así, ella recalca que «la sexualidad no es sólo sexo instintivo: es sensualidad, cariño, afecto? Y aunque no sea lo mismo tener 3o años que 70, hasta que nos morimos la sexualidad es una dimensión humana que nos acompaña», apunta.

Bienvenidas uniones de hecho. Antonio García Benito, licenciado en Derecho, es el encargado de impartir de pueblo en pueblo ponencias en las que subyace el cambio de los mayores. Una de ellas es la relativa a las uniones de hecho. Porque ya pasó aquello de «hasta que la muerte nos separe» seguido del luto hasta la tumba. Primero, Antonio les explica la evolución de las formas de convivencia. «Hasta hace poco, lo encabezaban los matrimonios religiosos, le seguían los civiles y después venían las uniones de hecho. Hace tres años cambió y los matrimonios civiles se pusieron en el primer puesto. No pasarán muchos años hasta que las uniones de hecho sean la forma de convivencia más común». Él insta a regular bajo esta figura las parejas de mayores que viven juntos sin que haya papeles de por medio. Mediante el simple trámite y los 60,60 euros que cuesta formalizar esta relación de afectividad análoga a la conyugal, muchos problemas se evitan. «Porque si va a fallecer uno de los dos miembros de estas parejas no regladas y es el propietario de la vivienda, el otro se irá a la calle si los familiares reclaman el inmueble; y si el que se queda solo depende económicamente de la pareja fallecida, no tendrá derecho a pensión de viudedad», incide García Benito.

Las variantes del testamento. El testamento sigue siendo una preocupación para los veteranos. En el curso sobre el testamento el quinto más solicitado este año, el profesor explica la posibilidad de revocar el testamento y hacer otro, cómo mejorar a un hijo o cómo, si concurren causas objetivas, se puede quitar la legítima a un heredero forzoso. Todavía recuerda a la persona que le confesó, en un aparte, que tenía dos hijos y el testamento hecho hacía muchos años pero que de un hijo no sabía nada desde hace mucho tiempo y quería desheredarlo. Como en el pueblo todos se conocen y ésta es materia sensible, las preguntas en público acaban pronto. «Luego vienen de uno en uno para hacerme consultas individuales, como si fuera su abogado particular o su consejero», cuenta Antonio, quien también imparte el curso de timos y estafas, el tercero con más demanda. Él les recuerda los tradicionales, del tocomocho al revisor del gas falso, y los timos nuevos, como el robo de datos y duplicidad de tarjetas de crédito en los cajeros automáticos. Quieren estar alerta y que no les engañen.

Estrés por sobrecarga de tareas. Las transformaciones tienen su cara negativa. La calma del antiguo jubilado de partida y paseo por el campo a veces se traduce en un incombustible mayor al que sólo le falta darse de alta como autónomo. Y eso se paga. Amparo Montagut, trabajadora social, ha impartido para este programa de la diputación un curso sobre «La ansiedad, la depresión y el estrés en la mujer», con especial atención a la mujer mayor. «Aun siendo mayores, muchas mujeres siguen cargándose de muchas responsabilidades. Se entregan a la familia y a las tareas del hogar sin apenas tiempo libre hasta el punto de que llegan a desbordarse y ver afectada su salud», explica Montagut, quien también encabeza un curso sobre «Abuelos demasiado ocupados. El cuidado de los nietos». «Muchos están encantados con esta tarea. Pero otros, por no decir que no, les pasa factura», señala. Hasta el punto de que muchos jubilados, cuenta, han de pedir permiso a sus hijos para poder acudir a estas charlas y no hacerse cargo de los nietos como todas las tardes.

Diego Siges, psicólogo, precisamente enseña a los mayores a relajarse con la música. También es un buen instrumento para combatir la soledad. «Muchos mayores la sufren al experimentar el síndrome del nido vacío. En una casa en la que había cuatro o cinco personas pasan a haber dos de repente. Y si te quedas viudo, es peor». En eso tal vez no se ha cambiado tanto: la necesidad de buscar compañía.

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