Aunque por el momento nadie lo ha bautizado, los expertos no dudan en situarlo entre los esqueletos de leopardo prehistórico más completos descubiertos hasta la fecha en la Península Ibérica. Tampoco en Europa hay muchos precedentes. Fue localizado hace un año a 150 metros de profundidad, de manera fortuita, durante los trabajos topográficos que desarrollaban dos espeleólogos en la sima del Avenc de Joan Guitón, en Fontanars dels Aflorins. Después de la mayúscula sorpresa, el Servicio de Investigación Prehistórica (SIP) de la Diputación de Valencia se puso manos a la obra para recuperar los restos del milenario felino, dados ayer a conocer.

Un laboratorio de Viena despejará la incógnita sobre la antigüedad del animal gracias a la prueba de Carbono 14, aplicada a un fragmento de hueso. Las primeras hipótesis de los especialistas enmarcan su procedencia entre el Pleistoceno Medio y el Superior: hace más de 100.000 años, según expone el arqueozoólogo Alfred Sanchis después de estudiar la morfología del fósil.

Durante esa época el leopardo convivía en la Península Ibérica junto a otros grandes predadores: leones, hienas, osos, lobos y cuones competían con grupos humanos prehistóricos neandertales por las presas y por hacerse con las mejores cuevas y abrigos.

El SIP subraya la importancia del hallazgo de Fontanars. No en vano, son escasos los restos de leopardos europeos descubiertos hasta el momento y, en la mayoría de los casos, se reducen a elementos aislados como dientes, falanges y metápodos.

Estudian la presencia del animal

El laboratorio del Museo de Prehistoria ha procedido a la consolidación y restauración de los huesos y ha llevado a cabo un estudio morfométrico cuyos resultados publicará próximamente. En ese sentido, la Universitat de València y la de Zaragoza colaboran en una investigación que pretende arrojar luz sobre la distribución del leopardo en la Península durante el Pleistoceno, así como sobre su relación con los humanos prehistóricos. El esqueleto guarda similitudes morfológicas con otras panteras pleistocénicas halladas en los yacimientos de Algar de Manga Larga en Portugal, en la cueva Allekoaitze de Guipúzcoa, en Los Rincones (Zaragoza) y en Torrejones (Guadalajara).