El Tribunal Supremo ha ratificado la condena por la que la multinacional farmacéutica Sanofi Aventis debe indemnizar con 765.000 euros a 146 mujeres, 10 de ellas de la Comunitat Valenciana, que padecen secuelas irreversibles por el consumo del medicamento Agreal. Este antipsicótico para tratar la depresión y la ansiedad se recetó en España contra los sofocos de la menopausia desde 1983 hasta su retirada en 2005 por sus efectos secundarios.

El alto tribunal desestima así el recurso de casación interpuesto por el gigante farmacéutico contra la sentencia de la Audiencia de Barcelona que en 2012 le declaró culpable «por vender un medicamento defectuoso por deficiente información en el prospecto» sobre sus efectos secundarios.

El Supremo ha aceptado la tesis del abogado de las víctimas, el letrado madrileño José Antonio Ramos Mesonero, que defiende «que el mero consumo de un medicamento, sin informar de los efectos secundarios del mismo, implica la vulneración del derecho fundamental a la libertad e integridad física, conllevando una indemnización por dichos motivos, aunque no quede acreditado que se haya producido un daño en esa persona que lo ha consumido».

Así, los laboratorios deberán indemnizar a cada una de las 146 mujeres con 3.000 euros por vulnerar su derecho fundamental a libertad de elección, pues al no ser informadas de los posibles efectos secundarios del Agreal no pudieron elegir libremente no tomarlo.

Los 322.000 euros restantes los cobrarán 13 de las demandantes en las que la Audiencia consideró justificados los daños ocasionados por el Agreal. Su principio activo es la veraliprida, una benzamida modificada que bloquea los receptores d2 de la dopamina. En el prospecto del medicamento en Francia limitaba la ingesta de este antipsicótico a tres meses, mientras que en España algunas mujeres lo consumieron durante más de cinco años al no existir ninguna restricción. Sus principales efectos secundarios son depresión, ansiedad y temblores en las manos.