La valenciana Mª Luz Navarro, secretaria de la Asociación de Enfermas del Agreal de España, dice que cuando se lo recetaron «en el prospecto ponía que no existían contraindicaciones». Sin embargo, tras 5 meses tomándolo «me temblaban las manos y la boca, no podía salir a la calle porque cogí miedo a la gente y me quería morir». «Estoy en tratamiento psiquiátrico desde entonces y eso es para siempre, pues mi psiquiatra dice que mientras vivamos seremos drogadictas debido a la veraliprida».