El Gobierno de Sudáfrica anunció ayer el cierre de sus fronteras a los viajeros procedentes de los países afectados por el ébola, en un intento de contener la propagación del virus, que ya ha matado a 1.350 personas en África Occidental.

«Quedan totalmente prohibidos los viajes de los no-ciudadanos procedentes de estos países de alto riesgo, a menos que se considere absolutamente necesario el viaje», aseguró el ministro de Sanidad, Aaron Motsoaledi, quien agregó que todos los sudafricanos que entren al país procedentes de dichos países Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona serán sometidos a un «estricto» examen, y si es necesario, se les realizarán pruebas médicas adicionales. efe nairobi