El fuego sabe jugar al escondite. El que ha arrasado 444 hectáreas del Montgó (más de la quinta parte del parque natural) amagó con tragarse las urbanizaciones de les Rotes de Dénia y, cuando los bomberos y la Unidad Militar de Emergencias (UME) lo esperaban, cambió de dirección y con incluso más peligro (por lo imprevisto) se echó encima de las urbanizaciones de la Cuesta de San Antonio y la Caleta del Puerto, en Xàbia. Y todo eso ocurrió en plena noche, alrededor de la una de la madrugada de ayer, cuando más difícil era reaccionar. Así, un fuego que desde el principio fue tremebundo, luego todavía mostró una cara más inquietante, la de moverse a sus anchas por las laderas del cabo de Sant Antoni y surgir allí donde nadie lo esperaba.

Las llamas acabaron calcinando todo el paraje del cabo de Sant Antoni. Al cambiar el viento, regresaron a las pinadas de la Plana de Xàbia (una partida rural del Montgó) y bajaron por los barrancos y acantilados del Tangó y la Caleta del Puerto. Se desalojar unos 14o chalés (200 vecinos) de la Cuesta de San Antonio y la calle Caleta, que son zonas residenciales que se asoman al nucleo del Puerto de Xàbia. Esta zona urbana se llenó de humo. Al amanecer, el fuego incluso llegaba al cortado que está sobre el club náutico. Ya había devastado zonas de gran valor natural como la del faro o la de la senda que baja hasta la cala del Tangó.

Mientras, en les Rotes, con ese giro inesperado del fuego, la noche fue relativamente tranquila. A última hora de la tarde, se había decidido desalojar todas las urbanizaciones. Más de mil personas dejaron sus casas. Las llamas ya habían hecho estragos en la zona. En la Lloma del Castanyar y en la Torre del Gerro, destruyeron jardines, setos e incluso techados de garajes y cobertizos. Causaron daños parciales en algunos chalés. Pero el fuego ya no llegó más abajo. Para entonces en les Rotes no quedaba ni un alma. A media mañana de ayer, los vecinos empezaron a volver a sus casas.

Mientras, en Xàbia, nada más amanecer, los medios aéreos comenzaron a hacer descargas para frenar el frente que bajaba hacia el Puerto. Los bomberos y la UME también se empleaban a fondo. Muchos de los desalojados seguían las labores de extinción desde la escollera. Además, muchos de los vecinos de les Planes, que es la zona donde el jueves comenzó el incendio, no habían podido regresar todavía a sus viviendas. La carretera que une Dénia y Xàbia, que es el principal vial de entrada a esta partida rural, seguía cerrada. Aquí también ardieron jardines y pérgolas, así como un coche. El alcalde, José Chulvi, aclaró que el peligro no residía ya en el fuego, que a esas horas se había dado por «estabilizado», sino en la frenética actividad de avionetas y helicópteros. Se prefería tener la montaña libre de vecinos para que los medios aéreos trabajaran a sus anchas. Además, era importante refrescar a fondo toda la superficie quemada. Por la tarde, el viento podía cambiar de nuevo y avivar los rescoldos, y ya nadie tenía el cuerpo para nuevos sobresaltos. Con todo, los vecinos fueron volviendo, poco a poco, a sus casas.

Mientras en Xàbia se luchaba contra el fuego, en Dénia desfilaban los altos cargos del Consell. Estuvo incluso el presidente, Alberto Fabra, quien aseguró que era pronto para descartar ninguna hipótesis sobre el origen del fuego, incluso, apuntó, la de una posible negligencia. El fuego, según las fuentes consultadas por este diario, responde al patrón de intencionado. Comenzó con varios focos y en un camino, el de la Serpeta de Xàbia, próximo a una carretera por la que escapar (la que une Dénia y Xàbia). Varios testigos aseguraron a este diario que la primera llamarada de humo negro se asemejaba a una deflagración producida con gasolina.

El Seprona de la Guardia Civil y los técnicos de Medio Ambiente buscaron ayer indicios en el punto de origen de este devastador incendio.

El alcalde de Xàbia admitió que este fuego ha causado «un daño ecológico tremendo». «La afección al paisaje es también brutal. Ahora es importante estudiar de qué forma se puede recuperar el valor natural del cabo de Sant Antoni», dijo el alcalde, que ya sugirió que se planten especies autóctonas en lugar de buscar una regeneración rápida con pinos.

Mientras, el Consell Valencià de Cultura recordó que «ha pedido reiteradamente medidas jurídicas para extremar las penas a quienes queman nuestro patrimonio cultural». Instó a seguir invirtiendo en prevención y extinción.