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Año Nuevo judío

Moisés, el primer judío nacido en Valencia tras la expulsión de 1492

A M. Serfaty, vecino de Catarroja, se le practicó la circuncisión el 18 de mayo de 1969, a los ocho días de nacer

Moisés Serfaty, procedente de una familia sefardí e hijo de un matrimonio de tetuán, ayer ante las Torres de Serranos de Valencia. josé aleixandre

5775, año capicúa. Eso es lo que estrenan hoy los judíos de todo el mundo cuando en el firmamento se asomen tres estrellas, el momento que marca el inicio del nuevo día para el pueblo hebreo. En la Comunitat Valenciana unos cuatro mil judíos celebran hoy la entrada del Rosh Hashaná (Año Nuevo). De entre todos, hay uno con una historia singular. Se llama Moisés Serfaty Benolol, tiene 45 años y detrás de la bata blanca con la que trabaja en un laboratorio de análisis clínicos de Catarroja esconde un secreto por pocos conocidos: él es, según cuenta él mismo y corrobora la comunidad judía local como hecho confirmado, el primer judío nacido en Valencia desde la expulsión de España decretada por los Reyes Católicos en 1492. Tan asombroso como parece.

Su nacimiento tuvo lugar 477 años después de la fatídica fecha, en 1969. Descendientes de una familia de sefardíes que emigraron tras la masiva expulsión, sus padres nacieron en Tetuán, en el Protectorado español de Marruecos, donde en 1910 la España de Alfonso XIII creó la Unión-Hispano-Hebrea con el fin de reconciliar a los sefardíes con España. Un primer paso. Ellos, Samuel y Esther, eran judíos. Y en 1968 llegaron a Valencia, donde había unos pocos judíos llegados del norte de África o de Turquía. Pero sus hijos habían nacido fuera de España. En cambio, el hijo de Esther y Samuel nació en el ya desaparecido Hospital San Rafael de Valencia, entre la Avenida del Puerto y Cardenal Benlloch. Al niño le pusieron de nombre Moisés y le practicaron el ritual de la circuncisión ocho días después del nacimiento. Acontenció un 18 de mayo de 1969 y fue, subraya Moisés, la primera circuncisión judía que se le hacía a un recién nacido en Valencia en casi cinco siglos. «Para este acto, mi padre reunió a los pocos judíos que habían en la ciudad para poder celebrar el rezo, que necesita de al menos diez varones mayores de 13 años para poder realizarse», señala.

Fue aquel nacimiento extraordinario lo que dio alas para organizar y fundar en Valencia la primera comunidad hebrea integrada por los pocos judíos venidos de otros países y afincados en la Comunitat Valenciana en el tardofranquismo. Su padre, de hecho, fue el primer presidente de esa comunidad todavía activa y mayoritaria en el cap i casal.

Este año, Moisés Serfaty no podrá celebrar todos los ritos que en la sinagoga se preparan para este periodo de reflexión de diez días que comienza hoy con el Rosh Hashaná, que conmemora la creación del ser humano, y culmina con la celebración del Yom Kipur el 4 de octubre, cuando la cultura judaica conmemora el Día de la Expiación. A Moisés le toca trabajar y no puede escaparse. «Mi compañera está de baja maternal y no podré ir a las celebraciones que se hagan en la sinagoga por las mañanas, porque el laboratorio no puede cerrar», aclara este hombre, de 45 años y afincado en Catarroja, que está casado con una mujer israelí y tiene dos hijos nacidos en el Estado hebreo.

Es el peaje de ser minoría en un país de tradición católica. Pero no es obstáculo para reproducir las tradiciones de la pascua judía, un tiempo para el examen de conciencia en el que el feligrés pide perdón por sus faltas ante los hombres y ante Dios. Más que una fiesta nada que ver con la Nochevieja y sus matasuegras, el Rosh Hashaná es un periodo festivo repartido entre la familia y la sinagoga.

Insisten los judíos en que el Rosh Hashaná invita a una introspección para detectar los errores del año que concluye y pedir perdón por ellos para luego mejorar, renacer y cambiar el rumbo de la vida. ¿Habrá que pedir perdón por la guerra del Estado de Israel en Gaza? Moisés Serfaty no va por ese camino. «Israel afirma siempre se defiende de algún ataque. Intenta llegar a la paz y al alto el fuego. Es un país democrático y civilizado. En cambio, los países árabes ya ves lo que son», desliza. Pero «si los soldados han hecho algo fuera de la ley, serán juzgados», remacha quien en Valencia sería el reverso de Yonah Toledano, El último judío de Noah Gordon.

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