La rivalidad entre los grupos políticos calienta, en ocasiones demasiado, los enfrentamientos dialécticos en los plenos municipales. Algunas intervenciones han pasado a formar parte de la memoria colectiva de las corporaciones locales. Otras, en cambio, han tenido que ser aclaradas en los juzgados.

El PSPV señala a un edil del PP por «ir de coca» en Rocafort

En el último pleno ordinario celebrado en Rocafort, el portavoz del grupo municipal socialista y primer teniente de alcalde, Víctor Jiménez Bueso, aseguró durante la discusión por unas contrataciones que el portavoz del PP, Alejandro Llácer, «va de coca», opinión que corroboró apenas unos segundos después, y tras ser increpado por su compañera de partido y alcaldesa Amparo Sampedro, con las palabras «es que se le nota». La primera edil expulsó inmediatamente a Jiménez Bueso pero también a Llácer y a la edil popular Carmen Fernández, porque reaccionaron a las acusaciones del teniente de alcalde con una serie de insultos, entre ellos «tú eres un degenerado» que dijo Llácer. Los concejales del PP han interpuesto en el Juzgado de Paz de esta localidad sendas demandas de conciliación dirigidas al edil socialista, que ha calificado su actuación de desafortunada. «No me siento orgulloso y creo que no se las merece», declaró el portavoz socialista a Levante-EMV para subrayar a continuación que lo hizo en voz baja y a micrófono cerrado, lo que, según señaló, demostraría que no lo dijo con «ánimo de injuriar». También aseguró que sus palabras surgen tras las «continuas provocaciones» y «alusiones personales» en los plenos por parte del grupo municipal del PP a lo largo de este mandato y en la sesión del 25 de septiembre especialmente.

En junio de 2010, agentes de la Policía Local de Mislata detuvieron a Crescencio Alarcón, un vecino y militante del PSPV por agredir al entonces concejal de Seguridad Ciudadana (PP), Vicente López, en un pleno. El detenido aseguró entonces que el edil también le agredió pero en 2012 tuvo que aceptar una pena de medio año de prisión y el pago de una indemnización al agredido. «Durante todo este tiempo he vivido en silencio y apartado de la política a la espera de que la justicia diera luz sobre todo el oscurantismo que se quiso lanzar sobre el tema. Hoy, afortunadamente, mi agresor ha aceptado su culpa y he quedado libre de cualquier sombra», dijo López tras la condena.

«Debería ir al endocrino, porque está muy gordo»

Los concejales de la Marina Alta hace tiempo que se muerden la lengua. Lejos quedan los exabruptos. Los más sonados fueron los de Carlos Pascual en 1999, cuando era alcalde de Pego y día sí día también insultaba sin freno a la oposición. En un pleno, tras denunciarlo una anciana por agredirla en la calle, Pascual se metió en un berenjenal. Negó que hubiera agredido a la mujer de 64 años y dijo: «yo no pegaría nunca a una mujer, aunque sí fuera joven y estuviera buena sí le pegaría una buena vergà». El entonces alcalde fue reprobado incluso en las Corts por su comentario machista.

En Calp, también se han vivido plenos repletos de insultos. En 2006, en una sesión, Juan Roselló, entonces edil del PP, se encaró con el portavoz del Bloc, Ximo Tur, y deslizó que tenía problemas mentales. «Recuerde, señor Tur, que hoy es el día mundial de la salud mental», le espetó. Tur no se arredró: «Debería ir al endocrino, que está muy gordo». Roselló formaba entonces parte del equipo de gobierno. El alcalde era Javier Morató, quien también le soltó a Tur la lindeza de que nunca debió salir de Pego, donde antes fue edil, para participar en la política calpina. «Llegué a rezar al Ecce-Homo (el patrón de Pego) para que no vinieras», dijo Morató. Curiosamente, en 2009, Tur se convirtió en alcalde con el apoyo de Roselló y Morató. Ya no se acordaban de que las tuvieron tiesas y que incluso se denunciaron por agresiones.

Baldoví, juzgado y absuelto por un comentario sobre el líder del PP

Joan Baldoví, diputado en les Cortes Generales por Compromís-Equo y en aquel momento también primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sueca, y el portavoz del PP Carlos Ramírez, protagonizaron unos de los enfrentamientos más sonados que se recuerdan en los últimos años en la capital de la Ribera Baixa. Ocurrió hace ahora dos años, durante la sesión plenaria de octubre de 2012. Ramírez se reincorporaba a su escaño tras haberse ausentado unos minutos cuando solicitó del alcalde, Salvador Campillo (Gispm) que paralizara el Pleno hasta que Baldoví retirara las palabras que supuestamente había pronunciado y pidiera disculpas públicamente. «Me ha ofendido gravemente a mi familia y a mí», dijo Ramírez en referencia al supuesto comentario que Baldoví habría pronunciado fuera de micrófono, cuando no estaba en el uso de la palabra.

Joan Baldoví aclaró y siempre mantuvo que en ese momento tenía una conversación privada y no tenía nada que decir respecto a lo que hablaba con un compañero de escaño mientras su micrófono estaba cerrado. Tras esta explicación los diez ediles del Grupo Popular abandonaron el hemiciclo y se dirigieron al cuartel de la Guardia Civil, donde formalizaron una denuncia por injurias. Ramírez alegó que Baldoví había dicho «ja ve d'esnifar» y que con posterioridad, le espetó: «La figa ta mare». Un año después se celebró un juicio de faltas del que el diputado nacionalista salió absuelto.

Las incontinencias verbales de Alfonso Rus en Xàtiva

En lo que a incontinencias verbales se refiere, el alcalde de Xàtiva y presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, ocupa uno de los lugares de la pole position. Los comentarios y salidas de tono de Rus, primer edil desde 1995, se agudiza en algunos plenos. Sus primeras semanas al frente del consistorio se produjo ya una primera frase que marcaría su impronta. Tras calentar banquillo en la oposición durante 12 años (Rus perdió las elecciones de 1983, 1987 y 1991) el nuevo alcalde, satisfecho de acceder por fin al poder y además con mayoría absoluta, espetó a sus adversarios políticos en el primer pleno: «a partir de ahora, vosotros rodilla en tierra y a callar». Con el paso del tiempo, Rus dice que se ha «moderado» pero los dardos hacia la oposición vienen y van. En ocasiones, elude el debate y no entra al trapo. Pero si el contrario le afea alguna gestión y la compara con la anterior etapa socialista, entonces estalla. «Cuando ustedes gobernaban, la gente iba aún en burro» o «Xàtiva era [con el PSOE] una ciudad en blanco y negro» han sido algunas de sus recordadas alusiones. Más recientemente, en 2013, Rus no se contuvo y dijo: «antes de gobernar yo, Xàtiva era un pueblecito de mala muerte».