La liberación de Mayuba, la joven española secuestrada en Tinduf queda en estos momentos en manos de la presión que pueda ejercer el Ministerio de Asuntos Exteriores español sobre su homónimo argelino, quien a su vez deberá enfrentarse a la potestad que el Frente Polisario tiene sobre los campamentos de refugiados, mientras el Polisario siga manteniendo una postura llena de oscurantismo y se nieguen a dar una explicación del porqué no han intervenido para poner a Mayuba en libertad.

La gendarmería argelina debería tener en teoría el control sobre el territorio sobre el que se asientan los campamentos de refugiados en Tinduf, aunque la ONU reconoce al Polisario como la única fuerza política dominante en el territorio. Se trata pues en estos momentos, de que Argelia pueda presionar al Polisario para que cumplan los acuerdos internacionales y la declaración de los Derechos Humanos e intervengan para poner a la joven española en libertad, antes de que las consecuencias puedan ser irremediables si la comunidad internacional decide ir recortando las ayudas al pueblo saharaui si no se actúa de inmediato en la liberación de la joven.

El Frente Polisario ha denunciado reiteradamente la violación de sus derechos, pero el propio Polisario ha sido denunciado por el mismo motivo por graves violaciones contra su población dentro y fuera de Tinduf, y por llevar a cabo una política arbitraria en según que casos. Batiste Llopis, el padre de acogida de Mayuba sigue preguntándose que motivos existen realmente para que la joven siga retenida en contra de su voluntad y que se pretendía solicitando su presencia en Tinduf.

«Cuando llegué acompañado de los dos cooperantes españoles, me estaban esperando dos personas, una de ellas Mahmud Hamdi-daf, tío de Mayuba, y otra persona de origen saharaui pero ahora con nacionalidad española llamado Ali. En todo momentos pretendieron quedarse a solas conmigo para hablar, sin especificarme el tema del cual querían tratar, pero los cooperantes españoles se negaron a ello», asegura Batiste Llopis, quien sigue diciendo que «Ali me comentó en un momento dado que él había trabajado mucho para que Mayuba quedase en libertad y eso le costaba dinero. ¿qué pretendía exactamente? No me lo dijo». Tras este primer encuentro, se produjo el de Llopis con los padres biológicos de Mayuba, llegándose al acuerdo de que la dejarían salir de los campamentos en 48 horas, después de que casi obligasen a Llopis a pedir perdón por si les había ofendido en alguna de sus acciones pidiendo la liberación de su hija de acogida, olvidando una vez más, que Mayuba es una ciudadana española, mayor de edad y retenida en contra de su voluntad.

Pero el plazo se incumplió de forma vergonzosa y desafiante: «saldrá cuando nosotros queramos» fue la respuesta que obtuvo el cooperador encargado de la seguridad de los españoles en los campamentos, Alberto Jiménez cuando fue a buscar a Mayuba.

Antes de que Batiste abandonase Tinduf, Mahmud y Ali, le lanzaron un aviso claro y contundente: «tú tienes el reloj, pero nosotros tenemos el tiempo».

Hoy estaba prevista la visita de un grupo de representantes de los Derechos Humanos de la ONU que residen en Tinduf, a los campamentos de refugiados para poder ver a Mayuba y saber cuál es en estos momentos su situación.

Una Mayuba que sigue esperando que alguien la saque de allí.